El Tucson es el coche más vendido de la marca coreana con el nuevo sistema de propulsión de 48 V en combinación con un motor diésel. ¿Es una buena opción?.
Las medidas anticontaminación están provocando que las marcas se tengan que poner las pilas para bajar sus niveles de contaminación, sacando cada día más alternativas de propulsión. En esta ocasión os traigo una opción mecánica, que en su día probé en el Mazda3, una micro hibridación.
Hyundai es una marca que tiene 5 tecnologías eléctricas para la propulsión (Micro Híbrida, Híbrida, Híbrida enchufable, 100% eléctrico y de pila de hidrógeno) y por ello, la gran mayoría de sus coches cuentan con las tan deseadas etiquetas medioambientales ECO y CERO.
Esta semana, he probado a fondo, el lavado de cara del Hyundai Tucson, con el motor 2.0 CRDi de 185 caballos asociado un cambio automático de ocho velocidades con convertidor de par y tracción a las cuatro ruedas HTRAC. Este motor va combinado con una pequeña batería de 48 V, que le otorga la etiqueta ECO de la DGT. Pero… ¿reduce el consumo realmente esta batería?.
Ha sufrido un pequeño lavado de cara
El Hyundai Tucson, ha pasado por mucho desde que se empezó a comercializar en el año 2005, e incluso, cambió de nombre en el 2010 a ix35 y en ningún momento se resintieron las ventas. El año pasado, en 2019, Hyundai renovó ligeramente su estética y su oferta mecánica, incluyendo de esta manera el sistema Mild Hybrid.
Con estas nuevas actualizaciones, consigue ponerse a competir con rivales como el Mazda CX-5, Mitsubishi Eclipse Cross, Opel Grandland X, Peugeot 3008 o Nissan Qashqai.
Los pequeños detalles marcan la diferencia con el modelo anterior
El frontal queda claramente marcado por su largo capó con dos pliegues laterales y la parrilla hexagonal con marco y lamas cromados. Los alargados faros ahora pueden tener tecnología Full LED, aunque sólo en los acabados más altos de la gama. Además, las luces diurnas de LED si sitúan junto a los antinieblas, que por desgracia, son halógenos.
Debajo de la matrícula encontramos una pequeña rejilla de ventilación y unas protecciones que simulan un aspecto campero característico de los SUV.
Si lo vemos de perfil, con estas nuevas modificaciones estéticas, se siente mucho más dinámico que antes. Tanto el diseño de las puertas como la caída del portón o el largo morro hacen que tenga una presencia actualizada, a lo que hay que añadir los numerosos cromados en algunos elementos como los tiradores de las puertas, el marco de las ventanillas o las protecciones inferiores para darle un toque de calidad conjunto.
Las medidas permanecen intactas con respecto a la anterior generación. Mide 4,47 metros de largo, 1,85 metros de ancho y 1,64 metros de alto. Estas medidas se sitúan dentro de la media de este segmento.
En la zaga, el aspecto musculoso se mantiene, pero ahora tiene unas formas más horizontales y unas líneas claramente definidas, que junto a un nuevo portón, enfatizan la anchura del coche y le da a este SUV compacto una apariencia más musculosa.
Se ha rediseñado la firma lumínica de las luces de LED, que en comparación con la anterior generación, que al menos para mi gusto, son más bonitas.
En la línea inferior encontramos las protecciones plásticas del paragolpes, un detalle cromado en los reflectores traseros y, justo entre medias de ambos, la tira de sensores de aparcamiento, que en este caso se combina con una cámara de 360º para facilitarnos las maniobras. Pero indudablemente lo más destacable es la nueva salida de escape doble, que menuda sorpresa, ¡Es de verdad!.
El interior me ha sorprendido en todos los sentidos
Este interior me ha sorprendido tanto para bien como para mal. Me explico, es cierto que el Hyundai Tucson está muy bien rematado en su conjunto y el interior transmite solidez, no hay ruidos, ni crujidos extraños y ni tan siquiera vibraciones. Pero… podría estar mejor acabado, sobre todo, en el tapizado de las puertas, el tacto de algunos botones, el volante, etc. Eso sí, no hay un solo elemento al que no se haya prestado atención y que podamos calificar de “malo”.
El diseño del salpicadero también ha cambiado con respecto a la generación anterior. En esta nueva generación la pantalla táctil pasa de estar integrada a estar en formato tablet como ya vimos en el Hyundai Kona Hybrid. Es de 8 pulgadas y tiene Apple CarPlay, Android Auto, sistema de sonido de alta fidelidad Hi-Fi Krell y acceso a internet. La posición de la pantalla, es la idónea para no desviar la vista de la carretera. Además, su sistema es rápido e intuitivo.
El conductor es el protagonista
El diseño del salpicadero está claramente orientado hacia el conductor, buscando que apenas se tenga que desviar la atención de la carretera si quieres manipular cualquier cosa. Rápidamente encuentras una postura de conducción cómoda ya que tanto las regulaciones del asiento (altura de la banqueta, posición del respaldo y apoyo lumbar para el conductor) como del volante (altura y profundidad) son amplias.
El volante multifunción es ahora más vistoso y alberga los mandos de control del teléfono, el equipo multimedia y el control de crucero y limitador. Como el resto de las interfaces del vehículo, es intuitivo y fácil de manejar, especialmente en lo que a la información del ordenador de a bordo a color se refiere. Tras el volante encontramos el cuadro de relojes analógico para la velocidad y las revoluciones, así como diversas informaciones útiles.
Espacio para aburrir
En materia de confort y versatilidad, este Hyundai Tucson también se lo pone difícil a sus rivales, con asientos que disminuyen el nivel de vibración, logrando una mayor comodidad a la hora de hacer viajes largos e incluso cuando quieres disfrutar de una conducción más ágil por carreteras reviradas también son capaces de mantener ese nivel de confort.
La sensación de amplitud se ve incrementada por el enorme techo solar que equipa esta unidad (de serie en el acabado Style). Además, en este acabado, los asientos del conductor y del acompañante tienen regulación eléctrica, eso sí, el asiento del conductor no tiene memoria.
El acceso a las plazas traseras de este Hyundai Tucson es tan bueno como el de un monovolumen, en ningún momento golpeas con nada al entrar. Detrás hay espacio más que suficiente para que viajen dos personas cómodamente, tanto por anchura como por la distancia entre filas (más de dos palmos).
Podrían ir incluso tres personas, eso sí, que no sean muy corpulentas, y siempre que sea en trayectos no muy largos, pero no es lo recomendable a pesar de sus buenas cotas.
El maletero está en la media del segmento
Respecto al maletero, este se sitúa en 459 litros con el sistema de 48V y en 1.503 litros con la segunda fila de asientos abatida (60:40). Está bien rematado, presenta unas formas regulares y tiene varios puntos de anclaje para sujetar la carga, dejando un suelo totalmente plano al abatir los respaldos.
El cubre equipajes transmite suficiente calidad, algo que no ocurre en algunos de sus rivales, y en los modelos más altos de gama, como es el caso de esta unidad, puede tener accionamiento eléctrico, aunque es algo lento tanto en la apertura como en el cierre.
Muchos motores
El nuevo Hyundai Tucson ofrece una amplia gama de motorizaciones. Se puede elegir entre dos propulsores de gasolina y tres diésel. Podemos encontrar tres tipos de transmisiones: la caja de cambios manual de seis velocidades, la caja de cambios automática de doble embrague y siete velocidades (7DCT) o el nuevo cambio automático de ocho relaciones (8AT).
En gasolina, la gama mantiene los anteriores 1.6 GDI de 132 CV y 1.6 TGDI de 177 CV, en ambos casos con ligeras mejoras para mejorar la eficiencia. En diésel se estrenan los nuevos 1.6 CRDI con 116 y 136 CV, este último solo con caja de doble embrague. Por encima queda el nuevo 2.0 CRDI 185 CV con sistema micro-híbrido de 48V y la nueva caja automática de ocho velocidades.
Para esta prueba, la marca me ha cedido la novedad, el motor diésel de cuatro cilindros y 2.0 litros asociado a un paquete de baterías de 48 voltios y 44 kWh. Este sistema equipa una nueva unidad de arranque-generador Mild-Hybrid y la habitual frenada regenerativa, lo que consigue mejorar la eficiencia del vehículo y el consumo de combustible hasta en un 7%, a la par que reduce las emisiones de CO2.
La tecnología aplicada para la electrificación que emplea esta variante comprende una batería de iones de litio de 48 voltios (0,44 kW/h), un motor eléctrico (MHSG), un convertidor de corriente LDC de baja tensión y un inversor. En fases de aceleración, el generador eléctrico da apoyo al propulsor térmico con hasta 12 kW, reduciendo así muy levemente el consumo de combustible. El sistema cambia de manera automática de la fase de apoyo al motor diésel a la de recuperación de energía.
El motor eléctrico apoya al diésel en algunos momentos
Durante la desaceleración y el frenado, se recupera la energía para recargar la batería. De esta manera, el sistema mejora significativamente el ahorro de combustible del motor (llegando incluso a apagar el motor durante una frenada a menos de 20 km/h, y arrancando suavemente, como si de una segunda se tratara) y las emisiones de CO2 sin sacrificar el máximo placer de conducción.
El motor eléctrico ayuda al motor diésel a propulsarse, para así incrementar la respuesta del motor con una ligera aceleración o para proporcionar un par adicional cuando se realiza una fuerte aceleración, como se da el caso en un adelantamiento.
No tiene prestaciones abrumadoras
El motor diésel más potente de la nueva gama Tucson 2019 consigue una potencia de 185 CV (136 kW) a 4.000 rpm y 400 Nm de par motor entre las 1.750 y las 2.750 rpm. Se canalizan a ambos ejes a través de la caja automática de ocho velocidades que permite una mayor elasticidad del conjunto, pero lo cierto es que sus prestaciones no son abrumadoras y el rango en el que empuja no es muy amplio, lo que baja a mi parecer baja bastante la calidad de este motor.
No me malinterpretéis, ofrece potencia más que suficiente para cualquier uso del vehículo, vaya o no cargado, pero la diferencia respecto a otras opciones menos potentes no justifica el elevado precio de este motor. En cifras, acelera de 0 a 100 km/h en 9,5 segundos, de 80 a 120 km/h en 7,6 segundos y alcanza una velocidad máxima de 201 km/h según la marca.
Con etiqueta ECO a partir del 1 de marzo del 2019
A mi parecer, estos coches no deberían de llevar la etiqueta ECO, porque no son capaces de propulsarse en modo eléctrico en ningún momento. Una vez dicho esto, tengo que decir, que todos los coches con esta mecánica fabricados antes del 1 de marzo del 2019 no dispondrán de la etiqueta ECO.
Sin embargo, con el cambio de homologación, todos los coches fabricados después de esa fecha, ya están catalogados como híbridos y por tanto, dispondrán de la tan deseada etiqueta medio ambiental ECO.
La marca homologa un consumo de 6.2 litros en ciclo urbano, 5.4 litros en extraurbano y 5.8 litros en ciclo combinado, aunque tras la semana de pruebas, el consumo en carretera rondó los 7.0 litros (el motor gira a 1.800 rpm a 120 km/h en octava velocidad) y se detuvo finalmente en un combinado de 7,8 litros a los 100 km.
En ciudad, los 9 l/100 km aparecen con demasiada facilidad. El depósito de combustible apenas dura 600 km en estas condiciones. Así que… la respuesta a la pregunta del principio, es NO, el bolsillo apenas nota el ahorro de combustible.
Esta caja de cambios es nueva
Por último, la nueva caja de cambios automática de ocho relaciones, de reciente desarrollo, se ha diseñado para ubicarse de forma transversal, lo que incrementa su compacidad, aumenta su rendimiento y permite un menor consumo de combustible. Es muy suave, más que la DCT de 7 velocidades, y suficientemente rápida para un uso normal del vehículo, aunque echo en falta la presencia de levas tras el volante.
Silencioso y refinado 🤫
Este coche está bastante bien insonorizado por dentro. Dentro del coche apenas percibes el motor, ni la rodadura ni el viento. Sin embargo, si bajas los cristales, o abres el techo solar, la cosa cambia bastante, el motor se vuelve algo ruidoso (sobre todo en la zona alta del cuenta vueltas).
En los primeros kilómetros pude apreciar que el Tucson se mueve con brío y refinamiento, sobre todo en carretera, y en ningún caso hay vibraciones o crujidos en el interior.
La dirección asistida Flex Steer, resulta muy agradable en aparcamientos y sobre todo a la hora de callejear en el casco urbano, sin ser demasiado asistida para carretera y, aunque se siente eléctrica, en tramos revirados se nota que su precisión es muy buena, permitiéndole enlazar curvas a más velocidad de lo que cabría esperar en un modelo de este segmento.
Además, contribuyen notablemente al confort la ausencia de balanceos y las suspensiones firmes, que tienen una excelente capacidad para filtrar las irregularidades del terreno. Por otra parte, merece la pena señalar que, la visibilidad, es buena prácticamente hacia todos los lados.
Por último, quiero hacer mención a sus capacidades camperas, es meramente un SUV que puede sacarnos de un apuro sobre superficies deslizantes o en caminos de baja dificultad, pues no equipa neumáticos preparados para un uso off road ni asistentes para la conducción fuera del asfalto, a excepción del control de descenso de pendientes.
Esta unidad es la tope de gama
Los niveles de equipamiento del nuevo Tucson se denominan Essence, Klass, Tecno y Style. En todos los casos cuentan con aire acondicionado, elevalunas en las cuatro puertas, cierre con mando, ordenador de viaje, espejos térmicos, apoyabrazos central delantero, sensores de parking traseros, control y limitador de velocidad y luces diurnas por LEDs.
También de serie son el sistema de sonido integrado con bluetooth, el puerto USB, seis altavoces, el control por voz, el volante multifunción en piel, el encendido automático de luces, las llantas de aleación de 16 pulgadas, el apoyabrazos central trasero, el asiento posterior abatible o la regulación en altura asientos delanteros, entre otros.
La terminación Klass añade el climatizador automático de dos zonas, llantas de aleación de 17 pulgadas, faros antiniebla con iluminación en curvas, dirección asistida Flex Steer, retrovisores abatibles con mando eléctrico, apliques decorativos y tapizado específicos, pilotos traseros LED, barras de techo cromadas…
El nivel Tecno cuenta también con el paquete cromado exterior completo, asientos delanteros térmicos, sistema de navegación integrado con pantalla de ocho pulgadas, navegador dinámico, lector de señales de tráfico, portón trasero automático, sensores de aparcamiento delanteros, cámara de visión trasera, acceso y arranque sin llave, alerta de cambio de carril, sensor de lluvia y llantas de aleación de 18 pulgadas.
Por último, el acabado Style (el de esta unidad) incluye el techo solar panorámico doble, asientos delanteros eléctricos, tapizado en piel, detector de objetos en ángulo muerto y en maniobras de marcha atrás, faros Full LED, llantas de aleación de 19 pulgadas, aviso pre-colisión, detector de peatones y frenada automática en ciudad, entre otros.
Conclusión
Este es un vehículo espacioso, confortable, refinado (al menos por dentro 😂), el motor esta bien, pero personalmente me quedaría con el 1.6 TGDI (gasolina) de 177 cv, ya que esta opción mecánica no me termina de convencer por su elevado consumo y su tecnología, que verás en cuanto se averíe algo, el palazo en la tarjeta 😱. Este acabado Style tal y como está configurado, cuesta 39.165 € con un descuento ya aplicado de 6.500 €.
Destacable
- Calidad de rodadura y confort de marcha
- Buen aislamiento acústico interior
- Bastante equipamiento desde el acabado más básico
Mejorable
- Su consumo es bastante elevado