Mazda pretende que el nuevo Mazda3 se convierta en un compacto premium. ¿Lo ha conseguido?
Mazda en los últimos años, ha dado un gran salto de calidad tanto en los materiales interiores como en el diseño de sus vehículos. Esta semana me he puesto a los mandos del nuevo Mazda3, un modelo que sin lugar a dudas, inicia una nueva era en la gama de la marca japonesa.
Esta nueva generación cuenta con unos ajustes y unos materiales de primera calidad junto con un diseño atractivo y un comportamiento dinámico de un deportivo.
Es el inicio de una nueva era
La apuesta fue algo arriesgada ya que nunca es fácil subir un peldaño en su categoría ni cambiar la percepción que tiene un producto hacia el público, pero los resultados hablan por sí mismos, la respuesta del público ha sido abrumadora, lo que ha hecho que las ventas se incrementen hasta superar las expectativas más optimistas de la marca.
Con un buen producto y una nueva imagen de marca, Mazda ha decidido ir un paso más allá con la nueva generación de Mazda3, siendo este vehículo el inicio de una nueva era. Ahora aspira a competir contra los vehículos de gamas más altas. ¿Lo conseguirá?.
Tiene un diseño atrevido y deportivo
Sobre gustos, colores, y partiendo de esto, aún no he visto a una sola persona que me diga que no le gusta el coche, y es que personalmente, me encanta la estética de los últimos modelos de Mazda. Lo cierto es que este diseño entra por los ojos, con unas líneas muy fluidas y lo más importante, con una identidad propia.
El nuevo Mazda3, bajo mi punto de vista, tiene un diseño espectacular lo mires por donde lo mires. Por cierto, es mucho más atractivo en persona de lo que puedas imaginar. Las fotos y los vídeos no logran transmitir con exactitud la fluidez de las líneas, las proporciones, en definitiva, la belleza de este coche.
El frontal es muy agresivo
El frontal se caracteriza por tener un morro con muy poca altura libre al suelo, lo que a la hora de aparcar, nos va a hacer golpear con seguridad cualquier bordillo o golpearlo con algunos resaltos. Los faros son muy finos y quedan unidos por una pieza en negro satinado. Los faros son de tecnología LED para todas las funciones desde el acabado más básico.
En la vista lateral, destaca la ausencia de líneas de tensión, de aristas, el coche parece hecho de una sola pieza, sobre todo en la última parte, con un gran pilar C. Destaca también en el perfil, la inclinación tanto de la luna delantera como trasera, la línea descendente del techo y ascendente de las ventanillas y el generoso spoiler trasero en negro.
El resultado, unas líneas muy fluidas que logran combinar muy bien elegancia y deportividad. La única pega de este diseño es, como os contaré más adelante, condiciona el acceso y el espacio en las plazas traseras.
En la parte trasera, tenemos unos pilotos que cuentan con una forma más marcada y con iluminación led para todas sus funciones. Las formas de la carrocería, muy contundentes y macizas, logran que el coche parezca más ancho de lo que en realidad es
Además, destaca la forma redondeada del portón y el difusor en negro con dos salidas de escape cromadas y de verdad, no son los falsos escapes que tan de moda se han puesto últimamente.
El interior se asemeja al de un coche premium
Mazda quiere que su nuevo Mazda3 pase de ser un compacto “generalista” a un compacto “premium“, y he de mencionar que en lo referente a calidades lo ha conseguido. El fabricante japonés, se ha decantado por un diseño minimalista y elegante que personalmente me encanta.
Además, la distribución de los mandos es la perfecta, todo queda a mano y es sencillo de manejar, y la cantidad y capacidad de huecos para dejar objetos, muy buena. Lo que realmente sorprende de este Mazda3 2019 es la calidad de los materiales empleados y la precisión de los ajustes.
El tacto de los mandos y botones, es muy bueno; las tapas de los altavoces son de aluminio; la guantera está recubierta en un tejido parecido al terciopelo… En definitiva, todo lo que tocamos, todo lo que tenemos a la vista, nos dice que estamos ante un modelo premium. En este sentido, lo único que no me gusta, es el negro piano que rodea la zona del cambio. Es un material que se raya con facilidad y atrae el polvo. Afortunadamente, no han abusado de él.
Un buen sistema multimedia
Desde el acabado más básico, tenemos una pantalla de 8,8 pulgadas con navegador y Android Auto y Apple CarPlay incluidos. La resolución es bastante buena, se ve todo con nitidez y la posición, muy elevada, es buena para no distraer demasiado la vista de la carretera. Además, el manejo de las distintas funciones desde el joystick situado en la consola es igual de intuitivo y sencillo que en la generación anterior.
Sin embargo, la marca ha optado, a diferencia del resto de modelos como el CX-5, por una pantalla que no se puede manejar de forma táctil. No lo entiendo, ya que, por ejemplo, introducir una dirección en el navegador es infinitamente más fácil y rápido con una pantalla táctil que con una ruleta pasando por todo el abecedario
El cuadro de instrumentos también cambia
El panel de instrumentos ha cambiado notablemente, abandonado la peculiar configuración de la generación anterior. Ahora, está formado por una pantalla central de 8 pulgadas y dos relojes analógicos a los lados. Su aspecto es bastante clásico y la forma en la que ofrece la información es bastante clara. Aunque solo he echado en falta una cosa, que el flujo de energía se pueda ver también en el tacómetro.
A las personas altas les va a costar entrar detrás
El acceso no es demasiado bueno por la caída del techo, que obliga a agacharse en exceso. De hecho, las personas que superen los 1,80 metros de estatura pueden tener problemas. Además, el tapizado en negro del techo, unido a la poca superficie acristalada, hace que nos sintamos un poco enclaustrados.
Un pequeño defecto es que no hay con salidas de aire en el centro ni tampoco con conexiones USB o de 12 voltios. Eso sí, la calidad en el recubrimiento de los paneles de puerta es exactamente la misma que en las plazas delanteras, algo que se agradece, ya que muchos fabricantes ahorran en este aspecto.
La cosa cambia una vez dentro
Sin embargo, ya os garantizo que una vez sentados en la plazas traseras, tres personas viajan con total confort, tanto para el espacio de piernas como en anchura. Hice la prueba de meter tres personas detrás durante 50 km y ninguno tuvo problemas de espacio ni de confort.
El maletero está en la media
El nuevo Mazda3 ofrece una capacidad de 358 litros, pero sí es cierto que si tenemos en cuenta su longitud (casi 4,5 metros) podríamos considerar que el espacio disponible es algo limitado.
Más aún en esta unidad de pruebas, monta un equipo de sonido opcional que resta espacio por la ubicación del subwoofer, situado en el hueco de la rueda de repuesto. En este aspecto, lo más positivo son las formas regulares y el amplio acceso, aunque el escalón de carga es un poco elevado.
La microhibridación y la etiqueta Eco como novedad
En julio de 2019, únicamente está a la venta con dos mecánicas, una mecánica diésel 1.8 de 116 CV y una de gasolina 2.0 de 122 CV, que es la que he tenido ocasión de probar.
En este caso, se trata de un motor atmosférico y, como todos los de este tipo, ahora que estamos acostumbrados a los mecanicas turboalimentadas, presenta ciertas particularidades. Para empezar, la entrega de la potencia es muy lineal y tenemos poco empuje en la zona baja. De hecho, el par máximo llega a las 4.000 rpm, lo que ya nos indica que, si queremos las máximas prestaciones, debemos llevar la aguja arriba del cuentavueltas.
El sistema “híbrido es la novedad”
La gran novedad es la introducción de la microhibridación con una red eléctrica adicional de 24 voltios. A nivel de uso, no he encontrado ninguna diferencia con el equivalente en gasolina, salvo por la extrema suavidad con la que entra en funcionamiento el sistema Start&Stop.
Porque los microhibridos funcionan exactamente igual que cualquier coche tradicional. De hecho, y a diferencia de los híbridos convencionales, no son capaces de mover el coche solo con impulso eléctrico. Se trata más bien de una ayuda, que no notaremos en ningún momento, pero que nos ayudará a reducir el consumo y, sobre todo, a obtener la etiqueta Eco de la DGT.
Otra de las tecnologías que incorpora este motor en busca de una mayor eficiencia es la desconexión activa de cilindros. En las fases de baja demanda de potencia, el motor pasará automáticamente a funcionar solo con dos cilindros en vez de cuatro. La transición es imperceptible y solo podremos detectarla mirando el indicador que tenemos en un pantalla específica del sistema multimedia.
Por cierto, el tacto del cambio manual es, como ya nos tiene habituados la marca, excelente, con unos recorridos cortos y precisos.
En cuanto a la potencia, que no os lleven a engaño los 122 CV. El coche no es un cohete, pero ni mucho menos es perezoso. Tenemos lo suficiente para movernos con alegría, recuperar bien y realizar adelantamientos con total seguridad. Salvo por el extra de picante que nos aportaría un motor de 150 o 180 CV, por ejemplo, yo no he echado en falta más potencia. Obviamente, me decantaría por un motor más potente, y más teniendo en cuenta como va el chasis. Lo que quiero decir es que si no se da importancia a las prestaciones puras y duras, esta versión es más que suficiente para cualquier circunstancia.
Su comportamiento es de los mejores de su categoría
Si antes he mencionado que Mazda quería que este coche fuera un compacto “premium”, y en este apartado también lo ha conseguido. Es sí, antes de entrar a analizar el comportamiento, he de decir que la postura de conducción es muy buena.
Los asientos recogen bien el cuerpo y nos permiten ir sentados muy abajo y con las piernas estiradas. Además, el volante cuenta con unos reglajes generosos en altura y profundidad y la palanca del cambio está colocada en el sitio perfecto, muy cerca de la mano.
Ahora si, en el comportamiento pocos suspensos se le pueden poner al Mazda3, por no decir ninguno. La marca japonesa ha hecho un trabajo excelente. Nada más recogerlo, y avanzar unos cuantos metros con él, me di cuenta de lo suave que iba.
El motor de gasolina es muy fino, y la insonorización excelente, y sobre todo, tiene un rodar, una pisada, de un coche “premium”. En este sentido el salto de calidad, ha sido espectacular.
La dirección es rápida, precisa y comunicativa y la suspensión, sin contar con un tarado excesivamente duro, contiene muy bien las inercias. En este sentido, el coche es una auténtica delicia. Su respuesta enlazando curvas y giros cerrados es muy buena, con unos tiempos de reacción muy cortos y un morro que obedece de inmediato a las órdenes que damos con el volante.
En vías rápidas, la sensación de aplomo es sobresaliente y la sensación de seguridad muy elevada. El coche no pierde la compostura nunca, incluso si nos tropezamos con un bache o alguna imperfección en mitad de una curva.
En definitiva, Mazda ha logrado que la nueva generación de su modelo compacto combine confort de marcha y eficacia a parte iguales. Sí, hay modelos que pueden ser más cómodos, pero no serán ni de lejos tan eficaces.
Esta unidad es el acabado Zenith
El nuevo Mazda3, parte desde 23.415 € con el acabado Origin, hasta el Zenith-X (29.465 €). La unidad de pruebas que me han cedido es el Zenith.
El acabado Zenith añade elementos como navegador, reconocimiento de señales de tráfico, sistema de audio Bose con 10 altavoces, acceso inteligente sin llave, cámara de visión periférica y sensores de aparcamiento, control de crucero adaptativo (opcional), faros delanteros Smart full led adaptativos, portón trasero eléctrico, detector de fatiga o retrovisores exteriores plegables de forma eléctrica. Integran de serie varios elementos como luces led, climatizador bizona, head-up display, freno de estacionamiento electrónico, pantalla táctil de 7 pulgadas y varios ADAS comunes en el mercado actual (DSC, detector de ángulo muerto y alerta de tráfico trasera, reconocimiento de señales de tráfico, sistema de alerta de cambio involuntario de carril, asistente de arranque en cuesta, detector de fatiga, sistema de control de luces de largo alcance, sistema de asistencia a la frenada en ciudad delantero y trasero y testigo de presión de neumáticos).
Los faros tienen la función de largas automáticas, al igual que el Opel Astra. Esta tecnología, enciende y apaga los distintos led para no deslumbrar a ningún conductor, de esta manera, se consigue llevar de forma permanente las largas, en condiciones de que no haya ninguna luz en la carretera. Así, consigues ver incluso lo que hay en los arcenes, mientras no deslumbras a ningún conductor.
Esta unidad trae como extras, la pintura metalizada Soul Red Chrystal (800 €), el pack safety black (2.800 €), que incluye:
Asistente de tráfico y crucero (CTS), Detector de tráfico trasero con frenada activa (RCTB), Monitor de visión 360º, Detector de tráfico delantero (FCTA) y Detector de fatiga con cámara, Sistema de asistencia a la frenada en ciudad trasero (SCBS R) Asientos en cuero negro, asientos delanteros calefactables, asiento del conductor con ajuste eléctrico de 4 funciones y apoyo lumbar Memoria de la posición de conducción (asiento, retrovisores exteriores y HUD). Paneles de las puertas en cuero.
Además del cargador de móvil inalámbrico (155 €) y las estriberas de puerta iluminada (362 €). En total, el precio de esta unidad es de 30.232 €.
Como curiosidad, imaginaros que estáis aparcando pegados a una pared, si el coche detecta que te vas a dar, automáticamente frena para evitar el impacto. Y en carretera, contamos con el mismo sistema, si de forma repentina el vehículo precedente frenará, este frenaría para intentar evitar el impacto.
Tiene unas buenas cifras de consumo
El Mazda3 con motor de gasolina de 122 CV homologa un consumo medio en ciclo WLTP de 5,9 l/100 km, un consumo urbano de 6,5 l/100 km y un consumo en carretera de 4,4 l/100 km. Las cifras reales de consumo son superiores, pero no se alejan demasiado.
Circulando por ciudad, hemos obtenido un consumo de entre 7 litros cada 100 kilómetros, mientras que en autovía, y con el control de crucero adaptativo fijado en 120 km/h, hemos sacado unos buenos 5,6 l/100 km.
En cualquier caso, hay que tener en cuenta que el consumo varía mucho en función del tipo de conducción. Si queremos sacar el máximo jugo a este motor, deberemos llevarlo alto de vueltas y esto inevitablemente pasará factura en el gasto de carburante. Pero si practicamos una conducción sosegada, no será difícil ver las cifras que he indicado.
Con un depósito con capacidad para 51 litros, la autonomía se sitúa en torno a uno 784 kilómetros con un consumo medio de 6,5 l/100 km, aunque esta cifra puede variar en función del tipo de trayecto que más realicemos. Si nos movemos mucho por ciudad, bajará la autonomía notablemente.
En definitiva, Mazda ha conseguido que el nuevo Mazda3 pase de ser un compacto generalista a un compacto premium, tanto por calidad de materiales, calidad de rodadura, diseño interior y exterior.
Destacable
- Confort de dirección
- Prestaciones y confort de marcha
- Etiqueta ECO
Mejorable
- Acceso al interior
- El sistema multimedia no es táctil