Una berlina con un interior lujoso, confortable y de calidad con un motor vivo y alegre, con un equipamiento a la altura.
[column width=”1/1″ last=”true” title=”” title_type=”single” animation=”none” implicit=”true”]
Hace un par de semanas os traje una prueba del Opel Insignia Sport Tourer, y os conté que era un buen coche familiar, con un diseño deportivo, y un interior muy amplio.
Hoy os traigo el Opel Insignia Grand Sport, con el motor 1.6 CDTI de 136 CV, el cual tiene unas prestaciones más que suficientes, es agradable de conducir y con unos consumos extraordinariamente bajos. Además, para que os hagáis una idea del consumo, podemos hacer más de 1.000 km sin repostar con un depósito de 62 litros.
Diseño: Elegante a la vez que agresivo
En la parte delantera, encontramos una parrilla más grande y más baja, cuyo centro está presidido por el logotipo de la marca y esas dos grandes alas que le acompañan, cosa que me resultó graciosa. Esto hace que tenga un toque más agresivo.
Además, seguro que os estáis fijando en los delgados faros delanteros con el sistema de iluminación IntelliLux LED Matrix, de los cuales te contaré más adelante lo bien que funcionan.
Al igual que en su versión Sport Tourer, el diseño de la parte frontal me recuerda mucho al Mazda 6, pero sigo prefiriendo al alemán antes que al japonés.
Cuando me dieron las llaves y lo vi de lateral pensé “No es tan grande”, pero estaba totalmente equivocado, ya que como todos sabemos, el ojo humano engaña mucho.
Solo mide 0,089 mm menos que la versión familiar. Esto se traduce en que mantiene el mismo ancho de puertas, lo que nos va a facilitar a todos la vida a la hora de entrar y salir del coche. Pero no todo son ventajas, ya que al medir casi 4,9 metros de largo, encontrar un sitio en el que puedas aparcar con facilidad, va a resultar un tanto complicado.
El color de este Opel Insignia Grand Sport es el marrón tropical, el cual, como se puede ver en las imágenes, da un toque elegante en cuanto refleja la luz del sol sobre él, y un toque discreto en un día nublado.
La vista lateral ha dejado claro una cosa, la aerodinámica es la gran protagonista, con un parabrisas muy inclinado y una zaga muy descendente y alargada para darle tiempo al aire a deslizarse sobre ella y de esta manera evitar turbulencias.
El resultado resulta atractivo y eficaz, pero lo pagaremos en que personas de más de metro noventa, no podrán sentarse atrás con la espalda totalmente apoyada en el respaldo porque se darán con el techo.
En lo que respecta a la parte trasera, es para mi gusto más elegante y deportiva que en la versión familiar. Las luces traseras, de posición y freno son en Led, sin embargo el resto son halógenas.
Hay un pequeño detalle, ¿Dónde está el botón para abrir el maletero? Para abrir el maletero, tienes que pulsar el logotipo de Opel, como si de un botón se tratara, acto seguido se levanta un poco el portón y desde abajo, has de empujar hacia arriba y has de hacerlo con las dos manos ya que este pesa bastante y para cerrarlo, has de tirar de un agarradero, ya que difícilmente lo bajas si no es desde ahí. Una pena que no sea de apertura automática.
Una detalle que me resulto gracioso fue que al pulsar la luz de freno, no se iluminan más los led de posición, sino que se ilumina una tira de led entre medias además de la tercera luz de freno, y pensé que era insuficiente, pero al verlo por la noche, dije “¡Vaya iluminación!, que bien se me ve de lejos”.
Interior: Lujo, comfort y calidad
En el momento que abrí la puerta del coche, me di cuenta de que este te invitaba a subirte en él con una rapidez abismal, es un interior muy acogedor y atractivo. Esto se debe a los asientos tapizados en piel además de la parte central del panel de la puerta, también tapizada en piel.
El diseño del salpicadero es elegante y está bastante bien rematado, prolongándose hacia las puertas lo que parece que sea un salpicadero sin fin. Este diseño, además de bonito, hace que a la hora de ponernos a conducir, hace que parezca que vamos envueltos en él.
En el momento de escribir este apartado, me encuentro sentado en el asiento del conductor y me he puesto a tocarlo todo y me he dado cuenta de que los materiales del salpicadero y de las puertas son de buena calidad, con un tacto blando, que no desagrada en absoluto. Además en los mandos que tocamos con más asiduidad como el volante, la palanca de cambios, la palanca de los intermitentes, los botones del aire, etc. tienen un tacto premium.
En el momento de escribir esta parte del artículo, me encuentro sentado en el asiento del conductor y os puedo garantizar que los asientos con certificación AGR recogen realmente bien el cuerpo, y los laterales, se pueden ajustar en función del ancho del cuerpo.
Una cosa he de reconocer, me enamoran los techos panorámicos y los solares. En este caso, solo le voy a poner una pequeña pega, la cortina que cubre el techo, es manual, sin embargo, en su versión Sport Tourer es automática, pulsando un botón al lado del botón de apertura del techo.
Gracias a los asientos y a una columna de dirección con mucha regulación tanto en altura como en profundidad, se consigue una postura de conducción ideal, aunque sigo diciendo lo mismo que en la prueba de su versión familiar, algunos mandos no quedan a la vista del conductor o son de difícil acceso.
Por ejemplo: el volante tapa las teclas que permiten ajustar la altura, la información y la iluminación del Head Up Display, y exactamente lo mismo con lo mandos de las luces que se encuentran ubicados muy abajo y obligan a desviar mucho la mirada de la carretera.
Además las teclas del cambio involuntario de carril, del start and stop, de los sensores de parking y el selector de los modos de conducción, se encuentran ubicadas delante de la palanca de cambio, cuando lo ideal sería que estuvieran detrás.
El cuadro de instrumentos tiene la información muy clara y muy completa, aunque si tuviera que descartar algo, sería el indicador del voltaje del sistema eléctrico y lo sustituiría por algo más interesante como un termómetro de aceite, especialmente en un coche con turbo.
En relación a las plazas traseras, el Opel Insignia Grand Sport, son simplemente espectaculares. Aunque el asiento del conductor, esté situado a mi estatura 1,75 m, sigue habiendo un hueco muy grande entre las plazas traseras y las delanteras. Pero no todo son cosas positivas, debido a la inclinación del techo, las personas que midan más de 1,75 m de altura, verán reducida la sensación de amplitud en las plazas traseras al darse con el techo si se va bien sentado. Cosa que no ocurre en su versión familiar. No tiene mucho sentido dejar un espacio para las piernas de un pasajero alto y que su cabeza no quepa, porque al final se desaprovechan esos casi 5 metros de longitud.
Cuando conseguí encontrar el botón para abrir el maletero, me sorprendió como con 490 litros de capacidad, se había aprovechado tan bien el espacio. Os aseguro, que en el fin de semana, aproveché y me fui con la familia de mini vacaciones, y entraron las maletas de 4 personas, con sus respectivas bolsas de aseo, etc.
Si aún así necesitas más espacio, se pueden abatir los asientos traseros desde los tiradores laterales en el maletero. Si lo haces desde ahí, se abaten en mitades asimétricas, en proporciones 40/60.
Pero, una cosa que me gustó mucho, y que pocas veces lo veo, es que la plaza central, dispone de un tirador al lado del reposacabezas, por lo que podemos abatir solo el asiento central para cargar objetos largos.
Motor: Vivo pero eficiente
El motor es un 1.6 CDTI que rinde 136 CV con una caja de cambios automática de 6 relaciones que puede os parezcan insuficientes para casi 5 metros de coche y más de 1.500 kg de peso, pero os aseguro de que son más que suficientes.
Si le tengo que poner alguna pega a este motor, es que al ralentí, vibra un poco en la posición D, pero se soluciona, cambiando la posición de la palanca a N.
El empuje es brutal desde las 1.500 rpm hasta las 3.500 rpm, llegados a esas revoluciones, es conveniente cambiar a la marcha superior para aprovechar al máximo el par. Cuando quieres ir manteniendo la marcha, no intentes llegar al corte, ya que no te deja mantenerte ahí, automáticamente te mete la marcha superior.
El cambio automático de 6 marchas tiene unos desarrollos algo largos y un escalonamiento más bien abierto (hay bastante salto de revoluciones entre cada marcha), acorde con la forma en la que el 1.6 turbo entrega la potencia y el par. Una pena que las levas no vengan de serie y haya que pagar por ellas 150 €.
Comportamiento: Noble
La mayor virtud de este Insignia es su confort de marcha. Los viajes a bordo de este coche son confortables y, gracias a sus consumos, económicos. Sin embargo, por su tamaño, la ciudad le cuesta un poco y es en carretera y autopistas donde da lo mejor de sí.
Las suspensiones son confortables, sobretodo en el modo Tour, el cual ablanda un montón la suspensión, y permite ir por ciudad, con tantos badenes y resaltos como si con el no fuera la cosa.
Sus casi 5 metros de largo hacen que el rodar con él en el tráfico urbano sea algo tedioso, lo mismo que aparcarlo, pues no cabe en cualquier sitio. Tampoco la visibilidad es muy buena, con unos marcos de parabrisas y de la luneta trasera muy gruesos que provocan muchos ángulos ciegos, sobretodo en la parte trasera. Lo que ayuda a hacer más llevaderos los atascos es que está bien insonorizado y aislados acústicamente de los demás.
En autopista es una gozada para viajar en él, al menos en las plazas delanteras. La mencionada caída del techo sobre las plazas traseras puede llegar a ser un engorro para personas de más de 1,75 metros de altura. En curvas rápidas se siente seguro y es mejor llevarlo en el modo Sport para evitar que lleguen a hacer topes las suspensiones en caso de pasar por un badén o junta de dilatación en pleno apoyo a buen ritmo.
Moviéndonos por carreteras secundarias se nota el peso del coche en las zonas más viradas y unas suspensiones que son suaves y confortables. La dirección es eficaz y el morro entra con bastante agilidad, contundencia y precisión en los giros. La parte trasera nos ayudará si se lo pedimos, pero los tiempos de espera son largos, con unas inercias considerables que nos harán probablemente bajar el ritmo.
A la hora de realizar adelantamientos simplemente en el caso del automático, pie a fondo, y el coche se encarga del resto, pero los 136 CV no son escasos y podemos viajar con bastante agilidad y hacer adelantamientos seguros.
En cuanto a los frenos, las distancias son correctas y aguantan razonablemente bien el trabajo a pesar de llevar 2 pistones atrás. Hemos probado a hacer varias frenadas de emergencia desde 120 km/h y no ha tenido pérdidas de eficacia exageradas.
Como conclusión, el Insignia es un buen coche para viajar. Sus reacciones son seguras, es fácil de conducir y no nos cogerá por sorpresa una vez nos hallamos acostumbrado a sus 5 metros de largo. Además, es un coche que resulta muy agradable para los demás pasajeros gracias a unos asientos y suspensiones que parecen diseñadas para hacer kilómetros sin parar.
Equipamiento: A la altura de un buque insignia
Este Opel Insignia Grand Sport cuenta con muchos extras que hacen que la factura se dispare, aunque la suma total sigue siendo más interesante que la mayoría de sus rivales directos.
En concreto este coche monta extras como el pack Excellence Plus que trae los asientos de cuero ventilados y calefactados tanto los delanteros como los traseros (son muy útiles sobre todo cuando dejas el coche al sol en pleno mes de agosto o las días de invierno en pleno diciembre, con temperaturas por las mañanas de 0 grados centígrados), las llantas de 18 pulgadas, la pintura metalizada marrón tropical entre otros.
El sistema de faros matriciales led Intellilux son una maravilla durante las noches con perfectas condiciones de visibilidad. Esto se consigue por que el faro está dividido por secciones, las cuales se van apagando o encendiendo para alumbrar lo máximo posible hasta un total de 400 metros. Lo cual nos permite llevar las largas en automáticas y que el coche se encargue de no deslumbrar al resto, pero si empieza a caer una leve lluvia, debemos desactivar el sistema de luces largas automáticas para evitar deslumbrar al resto de conductores debido a que con la lluvia, deja de detectar perfectamente la ubicación de el resto de usuarios de la vía.
El Head Up Display se proyecta directamente sobre el cristal en vez de en una pantalla. Esto hace que sea más grande y visible, además, podemos elegir varias opciones de información, como un práctico cuenta revoluciones con la velocidad para no tener que desviar la mirada.
Como no podía ser de otra manera, Opel ha implementado las últimas medidas de de seguridad como el asistente de mantenimiento en el carril con intervención sobre la dirección y el control de crucero adaptativo con frenado automático, que juntos hacen una magnifica combinación. De casi los 1.000 km realizados a lo largo de la semana de pruebas, os garantizo que al menos 90 % ha sido con ambos activado, incluso en ciudad y en pleno atasco.
Además del detector de ángulo, la cámara de marcha atrás con 360º (en opción), el detector de peatones con frenada de emergencia y el detector de señales de tráfico entre otros.
El asistente de mantenimiento en el carril, enseguida reconoce las líneas y permite que incluso en una curva cerrada con vehículos a ambos lados, en cuanto detecta que existe la posibilidad de salirse del carril, interviene y corrige sutil y eficazmente la trayectoria.
El sistema Intellilink ha mejorado bastante en lo que velocidad de funcionamiento y menús se refiere, pero aún sigue recibiendo algunas críticas, sobre todo con Apple CarPlay y Android Auto los cuales no se sabe por que, cuando se conecta el movil por cable, al cabo de una par de minutos, salta un error en el sistema diciendo “buscando dispositivo” y has de quitar el cable y volverlo a conectar así constantemente.
Dentro de los ajustes del vehículo hay funciones que puede parecer una autentica idiotez pero si te acostumbras, difícilmente podrás dejarlas de lado. Por ejemplo, imaginaros un día en pleno mes de agosto en Andalucía a 40 grados al sol, vais a coger vuestro coche, pero hace demasiado calor dentro; manteniendo presionado el botón de apertura de las puertas durante un par de segundos, se bajan todas las ventanillas. Otro caso es que llevas el techo solar abierto, y todas las ventanas bajadas, aparcas, sales del coche, mantienes pulsado el botón de cierre y se suben todas las ventanillas, y se cierra el techo.
Otro ajuste más es el de que el coche toque el cláxon si le das varias veces al botón de cerrado. Esto es muy útil, sobre todo si eres un despistado como yo, y no recuerdas la plaza de aparcamiento de un parking, le das varias veces al botón, y cada vez que le des, a demás de encenderse las luces empieza a pitar.
Por último se puede configurar para que si acabas de aparcar, apagas el coche, te bajas del coche y cierras la puerta del conductor y está la llave dentro, pite con el cláxon para que sepas que te has dejado la llave.
El equipo de sonido Bose es de muy buena calidad y los viajes pueden ser muy placenteros disfrutando de buena música en un habitáculo poco ruidoso, y eso que las ventanillas laterales no son de cristal doble (hay que ahorrar peso y dinero).
Este coche cuenta con WiFi, así que podemos cerrarle la boca al niño del vecino si nos lo pregunta. También tiene un buen equipo de sonido y un navegador relativamente eficaz, aunque introducir las direcciones en él es algo complicado. Este sistema es de subscripción, el más recomendable es el de 120€ al año con 180 gb al año.
El Insignia cuenta con el sistema de asistencia Open OnStar. Además de las funciones de llamada de emergencia y asistencia en carretera, este sistema (que requiere una suscripción pasado el primer año gratuito de 99,50 € al año) tiene otras funciones, como el poder solicitar que nos envíen una dirección al navegador, por ejemplo, cosa que resulta muy cómoda si estamos conduciendo y no podemos meter la dirección en el navegador.
Consumo: Realmente sorprendente
Este es uno de los aspectos en el que más destaca esto Opel Insignia Grand Sport, que ha logrado hacer unas cifras de consumo realmente buenos.
Gracias a estas cifras de consumo y a un depósito con 62 litros de capacidad, es posible lograr con cierta facilidad que el Opel Insignia Grand Sport CDTi tenga una autonomía de 1.100 km sin repostar.
En concreto, el consumo real en ciudad de este Insignia ha sido de unos 6,5 l/100 km, una cifra que no está mal, teniendo en cuenta que el Start & Stop se pasó la gran parte del tiempo desconectado debido a su lentitud de respuesta, es decir, tendría que apagarse nada más parar, pero este espera unos segundos para activar el Start & Stop. Aunque estuviese conectado, lo más probable es que bajara aproximadamente medio litro.
En carretera la cosa cambia bastante 4,5 l/100 km a 100 km/h y 5,3 l/100 km a 120 km/h. Unas cifras que demuestran su buena aerodinámica.
Este vehículo cuenta con la etiqueta de la DGT C, la cual en Madrid, nos permite obtener un 10% de descuento a la hora de aparcar dentro del área metropolitana.
En definitiva, es un vehículo que tiene un gran confort de marcha, tiene un diseño elegante a la par de agresivo y con un consumo realmente sorprendente.
[/column]
Destacable
- Diseño moderno
- Bajo consumo
- Equipamiento
Mejorable
- Altura libre al techo en las plazas traseras
- Longitud excesiva para aparcar
- Pilares muy grandes lo que empeora la visibilidad