El Volkswagen Golf 8 GTE tiene la deportividad de un GTI, la polivalencia de un Golf y el ahorro de combustible y facilidad de uso de un híbrido enchufable.
Todos sabemos que el Volkswagen Golf es uno de los coches más polivalentes y con más opciones de carrocería y mecánicas del mercado. Este está disponible en carrocería compacta o familiar, con motores diésel, gasolina e incluso con versiones híbridas enchufables y por supuesto, con cambio manual y dos cambios automáticos de doble embrague (de 6 relaciones para la versión PHEV o de 7 para el resto de versiones).
Hasta la fecha he probado dos versiones, la 1.5 eTSI de 150 CV micro hibridizado automático y la versión más deportiva, la GTI con nada menos que 245 CV de pura adrenalina y con un cambio automático que hace maravillas.
Prueba en vídeo del Volkswagen Golf 8 GTE 2021
Y ahora, ha llegado la hora de probar la última evolución de la variante GTE, una especie de GTI para aquellos conductores que, además de prestaciones y sensaciones, busquen estar a la última tecnológicamente y tener las ventajas de un coche eléctrico para el día a día pero sin renunciar a poder realizar largos viajes.
Y esto es gracias a que el nuevo Volkswagen Golf GTE 2021 ofrece la misma potencia que el Golf GTi (245 CV) y un enfoque similar en el que sus clientes no renuncian a las prestaciones a cambio de consumos de gasolina más bajos e inclusos nulos y a poder acceder al centro de las ciudades sin restricciones.
A lo largo de los más de 1.500 km que he realizado durante esta semana, el nuevo Golf 8 GTE me ha dejado muy claro que ha mejorado muchísimo respecto a su antecesor y que su uso como vehículo 100 % eléctrico es muchísimo más realista.
No sólo porque ofrece una mayor autonomía teórica (57 km) sino también porque la potencia del motor eléctrico de 115 CV hace que se pueda usar en todo momento sin necesitar el apoyo del motor térmico para, por ejemplo, realizar adelantamientos con agilidad, incorporarnos a una vía principal, subir una fuerte rampa o movernos con agilidad.
Con ello quiero decir que, el nuevo Volkswagen Golf GTE es un auténtico dos por uno. Por un lado tenemos un Golf eléctrico para un uso diario con el que podremos hacer entorno a 45 km reales y un híbrido deportivo con 245 CV con el que realizar largos viajes.
Lo que sí que no cumple tan bien como un GTI es su faceta deportiva. La potencia es la misma, pero se añade un cuarto de tonelada al peso total que tiene su repercusión en las zonas de curvas, perdemos casi 100 litros de capacidad del maletero y, además, la respuesta de esos 245 CV no es tan directa como en el GTi, debido al sistema híbrido como te explicaré más adelante.
¿Qué rivales tiene el Volkswagen GOLF 8 GTE?
El Volkswagen Golf GTE actualmente no tiene demasiados rivales. En realidad, la mayoría de compactos híbridos enchufables que hay en la actualidad no ofrecen sus prestaciones. Es por ello que, para buscar rivales hay que irse a los SUV compactos y ahí sí que hay más variedad.
Por su precio de más de 42.000 euros se puede equiparar con modelos como el Peugeot 3000 PHEV de tracción delantera y 225 CV, el Mini Countryman Cooper SE o el Audi Q3 TFSIe. Y aunque estos sean sus “rivales”, son más caros, pero a cambio ofrecen un habitáculo y un maletero mayor.
Su diseño es muy característico, con luces led y tonos azules
El nuevo Volkswagen Golf 8 GTE se diferencia del resto de la gama con detalles específicos que, desde mi punto de vista son muy acertados. La mayoría de estos elementos se reúnen en el frontal, en el cual cambia principalmente la calanda y el paragolpes delantero.
La parrilla añade una franja iluminada que une los faros con el logo de Volkswagen, siguiendo esa cenefa de color azul que lo diferencia de la roja de los GTi o de la gris de la GTD y enfatiza su condición de vehículo electrificado.
En el parachoques cambia principalmente la forma de los faros de niebla, que pasan a ser una matriz de celdas hexagonales, con un efecto muy llamativo similar al de una línea de meta. Por cierto, la iluminación es muy pero que muy buena, tanto la de los faros principales, que son matriciales (IQ.Light), como la de los antiniebla que van en el faldón, que hacen un buen servicio como “cuneteros” en las carreteras secundarias más reviradas.
En la vista lateral la principal diferencia es la trampilla de carga que está sobre el paso de rueda delantero izquierdo y que deja acceso a la toma de carga de tipo Mennekes. Las llantas tienen un diseño específico con un sobre coste de 635 € y van calzadas con neumáticos en medida 225/40 R18.
La vista trasera también está personalizada para esta versión híbrida enchufable, con el logo GTE en el centro del portón y las falsas salidas de escape en el faldón inferior. Todo lo demás es idéntico al resto de Volkswagen Golf de esta octava generación, con unos acabados y ajustes bastante aceptables para un coche de este precio.
Un interior deportivo, minimalista y con una tapicería evocadora
Al abrir las puertas lo primero que te va a llamar la atención son los excelentes asientos deportivos y no es de extrañar, ya que estos son los mismos que usa la versión GTI. Estos asientos sujetan el cuerpo de maravilla y tienen el mismo tapizado que el de la versión GTI e incluso si me apuras igual que el de los GTI clásicos, aunque con trazos azules en lugar de rojos para diferenciarlo como una versión electrificada.
Además, estos asientos de tipo semi backet (con reposacabezas integrados) no sólo resultan atractivos a la vista sino que también son muy confortables y acogedores, además de que sujetan mejor el cuerpo que los tapizados en piel.
Por lo demás, el resto de lo que se ve en el interior es también idéntico al del Golf eTSi que ya probé en junio de este año, con sus mismas ventajas y defectos, entre los cuales destaco el hecho de que las teclas de la temperatura de la climatización y el volumen del sonido no estén iluminadas y sean invisibles durante la noche o en los túneles.
Tanto las plazas delanteras como las traseras siguen manteniendo la buena habitabilidad que tiene un Golf. Eso se debe a que la batería de 13 kWh de capacidad va alojada en el maletero. Es por ello que el maletero pasa de los 380 litros de capacidad del Golf convencional a tan sólo 273 litros en el GTE.
Lo cierto es que es una cifra algo justa, por no decir escasa, para tratarse de un compacto del segmento C y más si tenemos en cuenta que hay que guardar los dos cables de carga en algún lado ¿no?. Aunque he de admitir que esos 273 litros de capacidad del maletero del Golf GTE son muy aprovechables gracias a su forma y a la altura del piso del maletero.
El sistema híbrido es similar a un buen matrimonio
El sistema híbrido enchufable del Volkswagen Golf 8 GTE está compuesto por un motor de gasolina 1.4 TSi de 150 CV que va asociado a la caja de cambios DSG de solo 6 marchas en lugar de la de 7 y un motor eléctrico que rinde 115 CV que está alimentado por una batería de iones de litio de 13 kWh de capacidad.
La razón de que falte una marcha es porque el par adicional que aporta el motor eléctrico hace que no sean necesarias tantas relaciones de cambio. De esta manera el sistema es más compacto y ligero, lo que disminuye el peso y el consumo, por supuesto.
Esta batería permite una autonomía teórica en modo 100 % eléctrico según el ciclo WLTP de hasta 57 km. La potencia conjunta de ambos motores es de 245 CV ya que nunca entregarán la máxima potencia ambos motores a la vez. Esta potencia es la misma que en el GTI y al igual que en el GTI, los motores actúan sobre el eje delantero.
El Volkswagen Golf GTE 2021 es capaz de alcanzar los 140 km/h en modo 100 % eléctrico y es capaz de proporcionar una conducción muy agradable gracias a la potencia que ofrece el motor eléctrico, siendo la suavidad de marcha una de sus grandes virtudes.
Cuando funciona como híbrido, las aceleraciones y las recuperaciones las realiza con contundencia gracias a sus 245 CV, acelerando de 0 a 100 km/h en tan solo 6,7 segundos, lo que permite realizar unos adelantamientos e incorporaciones con mucha seguridad.
El VW Golf GTE tiene varias personalidades
Uno de los principales reclamos de la versión GTE es que no hay por qué renunciar a las prestaciones y la deportividad a cambio de unos consumos ajustados y unas emisiones responsables.
Bueno, aunque con 245 CV de potencia total y unos asientos que son una gozada por sujeción lateral y postura de conducción pudiéramos pensar que el GTE no renuncia a nada respecto al GTi, pero por desgracia, la realidad suele ser dura y sí hay diferencias entre ambas versiones.
Para empezar, el GTE pesa un cuarto de tonelada más que el GTi, algo que se nota bastante a la hora de conducirlo. Para que te hagas una idea, es como llevar el GTi con 2 adultos en las plazas traseras y algo de equipaje de forma permanente en el coche.
Además de esto, está el hecho de que por norma general un sistema híbrido es algo más lento de reacciones y menos directo que su homólogo de gasolina y esta no iba a ser la excepción. Desde que pisas el acelerador a fondo hasta que el sistema toma la decisión de cómo repartir la potencia entre ambos motores, la relación de cambio… transcurren unos instantes que son más largos que el retraso que pueda tener el turbo del 2.0 TSI de 245 CV del GTI.
En los frenos algo similar. El pedal de freno de un coche híbrido es complicadísimo porque es un simulador. Puedes pisar igual en repetidas ocasiones el pedal que unas veces frena más el motor eléctrico y otras el sistema hidráulico.
Esto hace que su tacto sea bastante artificial. De hecho, en algunas ocasiones tenía el pedal pisado en un punto concreto y notabas como a veces frenaba más que otras sin variar nada la presión sobre el pedal.
Por ello, los frenos hacen que la conducción del GTE sea bastante menos precisa que la del GTi. Otro detalle que no me ha gustado es la suspensión, algo frecuente en varios modelos de la marca.
Cuando eliges el modo Sport la amortiguación se endurece demasiado para mi gusto. No sólo es más incómodo, también más impreciso y las frenadas son claramente peores porque el ABS interfiere más de lo deseable con una suspensión tan rígida. Pero como todo en la vida, todo es acostumbrarse.
Al final el GTE lo que pide es que nos olvidemos parcialmente de realizar una conducción deportiva y conduzcamos de forma más natural. En estas condiciones es una delicia usarlo en modo 100 % eléctrico en ciudad, sin ruidos ni vibraciones y con una respuesta al acelerador muy agradable y tranquila que hace que llegues más relajado/a al destino.
En zonas viradas se nota claramente ese peso extra en la parte trasera del coche. El balanceo es muy escaso, por no decir nulo, porque el centro de gravedad está muy bajo, pero esa masa hace que las inercias sean mayores y le cueste más cambiar de trayectoria en zonas de curvas enlazadas. Aunque eso sí, esas inercias levemente mayores no indica que pierda la deportividad y agilidad que tiene la versión GTI. Eso lo mantiene.
Las aceleraciones y adelantamientos se hacen con absoluta seguridad gracias a la potencia disponible en todo momento. Y es que, a diferencia de otros híbridos enchufables los cuales pierden potencia cuando la batería está descargada, aquí tenemos los 245 CV siempre disponibles, aunque no tengamos carga en la batería.
En autopista es un coche muy agradable para viajar y que da confianza en las curvas rápidas, que las traza con aplomo y sin reacciones extrañas en la dirección aunque pisemos un cambio de asfalto en pleno apoyo.
Además, es un coche muy silencioso tanto dentro como fuera, lo que permitirá viajar con un confort acústico muy importante. Prácticamente puedes susurrar al acompañante, que este te va a oír.
En definitiva, el VW Golf GTE es un coche agradable de conducir, con buenas prestaciones y reacciones seguras, pero su tacto es menos deportivo que el del GTI por un freno peculiar, una suspensión algo más dura en el modo sport y unas inercias levemente mayores.
Aunque como todo en la vida, el GTE aporta unas ventajas que no puede ofrecer el GTI, como poder usarlo como coche eléctrico en ciudad y en los desplazamientos diarios pudiendo mantener este mismo coche para hacer viajes largos y para pasárselo bien de vez en cuando en una carretera virada.
Lleno de tecnología cara
Con un precio que arranca por encima de los 42.000 euros, es de esperar que el equipamiento de este Golf sea completo y así lo es. El GTE es un tope de gama y como tal está muy bien dotado de serie, lo cual justifica en parte el desembolso de semejante suma de dinero por un compacto popular, aunque esté electrificado y sea enchufable. Pulsa aquí para configurar el Volkswagen Golf 8 GTE a tú medida.
En materia de ADAS (asistentes avanzados a la conducción) no le falta de nada y equipa la mayoría de sistemas disponibles en la actualidad como son: asistente de mantenimiento y centrado en el carril, alerta de colisión con frenado de emergencia, alerta de fatiga del conductor, sistema de mitigación de colisiones múltiples, alerta de ángulo muerto, asistente de aparcamiento con cámaras y sensores de ultrasonidos, asistente de luz de carretera adaptativa, control de crucero adaptativo y limitador de velocidad inteligente, Travel Assist, etc.
También en el campo multimedia viene bien servido y dispone de Apple CarPlay, Android Auto inalámbricos, puerto de carga por inducción, tomas USB-C, asistente virtual tipo Alexa, etc. También podremos controlar a través del móvil funciones como programar las recargas (para aprovechar los horarios de tarifa bonificada) o la climatización, de manera que cuando vayamos a recoger el coche ya esté a la temperatura de confort independientemente del calor o el frío del día.
Esta última característica no sólo resulta confortable, también nos ayudará a ahorrar combustible, al usar la corriente de la red eléctrica (que es más barata) para caldear o refrigerar el habitáculo.
En el apartado de confort tenemos un climatizador de doble zona muy eficaz, los asientos deportivos con el tejido evocando al GTi y que además de atractivo es muy confortable, el techo solar, el volante multifunción con los mandos hápticos, llave inteligente, etc.
El consumo es una de sus virtudes
El consumo homologado del Golf GTE es de tan sólo 1,1 l/100 km, pero no debes tomarlo al pie de la letra. En realidad, este consumo homologado sólo sirve para comparar la eficiencia entre coches híbridos enchufables, pero no es el consumo que luego vamos a tener usando el coche como híbrido en largas distancias o sin energía en las baterías.
Lógicamente, si podemos cargar todas las noches la baterías a tope y si nuestro recorrido diario es de menos de 57 km (que es la autonomía teórica en eléctrico), no gastaremos ni una gota de gasolina. Sin embargo, no he podido hacer más de 42 km por autovía ni más de 54 km por ciudad en modo eléctrico en mi caso.
Una vez agotada la batería para usarlo en modo eléctrico, el consumo como híbrido es bastante mejor de lo que esperaba y mucho más bajo que en el GTE de la generación anterior.
Los consumos reales del Volkswangen Golf GTE 2020 en esta prueba han sido:
- Ciudad: 4,8 – 5,8 l/100 km en función de la forma de conducir y el tráfico
- Autopista: 5,6 – 6,5 l/100 km en función de si vamos a pedal o con control de crucero
- Carretera: 5,8 – 7 l/100 km en función de si vamos suaves o disfrutando de la carretera
Estos valores de consumo son bastante buenos y son mucho menores si hacemos recorridos más cortos en los que se puede sacar más partido de su uso en eléctrico puro, sobre todo si se carga en casa todas las noches.
Ficha Técnica
Versión probada
Volkswagen Golf 8 GTE
Cilindrada
Bloque motor
Potencia (CV)
Par motor (Nm)
Masa en vacío
Velocidad máxima
0-100 km/h
Transmisión
1.395 cm³
4 cilíndros en línea
245 CV
250 Nm
1.624 kg
225 km/h
6,7 segundos
Doble embrague 6 velocidades
Tipo de tracción
Combustible
Capacidad del depósito
Capacidad de la batería
Consumo combinado
Capacidad del maletero
Precio sin descuentos
Etiqueta medioambiental
Delantera
Gasolina / Electricidad
39,5 litros
13 kWh
1,1 l/100 km
272 litros
66.235 €
Cero
Destacable
- Confort de marcha
- Evolución tecnológica
- Espacio interior
Mejorable
- Mandos de la climatización
- Salidas de escape falsas
- Pintura por dentro del capó