El Volkswagen T-Roc R es la versión más radical del SUV alemán con 300 CV de pura adrenalina y con una aceleración de 0 a 100 km/h en tan solo 4,8 segundos.
Probar coches como este Volkswagen T-Roc R es una de las grandes razones por las que merece mucho la pena dedicarse al mundillo del periodismo del motor y es que, tras haberlo probado durante una semana y tras haberle hecho una cantidad muy considerable de kilómetros, sólamente te puedo decir dos cosas: es un auténtico aparato y es muy divertido de conducir.
¿Un SUV deportivo? Sí, un SUV deportivo y es que el mercado de los SUV compactos deportivos cuenta cada vez con más fanáticos del automóvil y sin duda, el Grupo Volkswagen es de los que más SUV compactos deportivos tienen como son el Cupra Ateca, el Cupra Formentor el Audi SQ2 o el Audi RS Q3 entre otros muchos.
Y aprovechando que Volkswagen tiene la gama R, ¿por qué no lanzar una versión R de uno de los coche más vendidos de la marca?. Pues dicho y hecho, el Volkswagen T-Roc R utiliza el mismo esquema que el Golf R y por supuesto, comparte plataforma con el Cupra Formentor, solo que el T-Roc R es una versión algo más económica que pretende enriquecer la gama más prestacional de Volkswagen.
¿Cuáles son los rivales del Volkswagen T-Roc R?
Tal y como te acabo de mencionar, los principales rivales se encuentran en casa, sin embargo, aunque a priori pueda parecer que no hay muchos más competidores, podemos encontrar en el mercado modelos con el mismo enfoque que el Volkswagen T-Roc R 2021, como el BMW X2 M35i xDrive, el Mini Countryman John Cooper Works All4 o el Mercedes-AMG GLA 35 4Matic.
Además, dado el gran comportamiento dinámico del que hace gala el T-Roc R y a su potencia, es posible confrontarlo también con modelos hatchback tradicionales que rozan esa barrera de los 300 CV.
Hablo de coches como el Hyundai i30 N Performance, el Ford Focus ST, el Renault Megane RS Trophy o el propio Golf R, con el que apenas hay diferencias en lo que a comportamiento dinámico se refiere.
Pero… ¿Realmente puede un SUV ser igual de dinámico y ágil que un GTi o un R de los de siempre? Vamos a comprobarlo, arrancamos motores y ¡que suenen los Akrapovic!
Un diseño suficientemente provocador
Volkswagen siempre se ha caracterizado por hacer deportivos bastante discretos, y el T-Roc R no iba a ser una excepción y eso no tiene que ser malo en absoluto, es más, a mi me gusta más un coche discreto pero matón, que un coche “macarra” que aparenta mucho pero que no hace nada realmente.
Aún así es bastante fácil distinguir la versión R de cualquiera de sus hermanos gracias a diversos logos R en el frontal, en el lateral, en la trasera y en el interior y a un diseño de paragolpes (delanteros y traseros) totalmente distintos con un diseño mucho más agresivo y deportivo.
En la parte delantera, podemos observar que el Volkswagen T-Roc R luce una parrilla ennegrecida con un diseño de panal de abeja que es exclusiva de esta versión, al igual que los paragolpes con la luz diurna vertical y unas entradas de aire mucho más grandes que alimentan la mar de bien el turbo.
Pero si por algo se distinguen las variantes R son por el color Azul eléctrico metalizado y las llantas Pretoria de 19 pulgadas opcionales con neumáticos 235/40, por las que nos piden 950 euros.
Eso sí, aunque sean opcionales y valgan 950 €, no me puedes negar que le sientan de cine. Tras ellas se deja ver el mismo equipo de frenos que monta el Golf R con paquete Performance, compuesto por discos ventilados de 330 y 305 mm con núcleos de aluminio para ahorrar algo de peso y bandas exteriores de acero. Estos frenos aguantan muy bien la fatiga y hacen que el coche se detenga con contundencia tras varias frenadas continuas.
Ahora, pasemos a la trasera porque la zaga es de lejos la que más agresividad aporta en el T-Roc R. Por supuesto, tanto el alerón integrado como el pequeño difusor le dan empaque y deportividad al conjunto, pero las protagonistas indiscutibles son las cuatro salidas de escape firmadas por Akrapovic.
Sí, son opcionales y son caras, cuestan unos 4.100 euros, pero deberían ser obligatorias para todo el que quiera este coche porque son las que aportan el punto más emocional, pasional y deportivo del conjunto. Y para más inri, su sonido es un verdadero espectáculo. Pulsa aquí para escucharlo.
Un interior demasiado corriente, similar al del Polo
El habitáculo sigue la misma línea discreta que tiene el exterior. Y es que, lo cierto es que quitando los asientos y el volante, que también son del Golf R, no encontramos demasiada diferencia con el interior de un T-Roc normal. Además, como detalle, cabe mencionar que el interior se asemeja más al de un Polo, cuando por precio, debería acercarse más al de un Golf.
Personalmente me hubiera gustado que fuera más deportivo, con tapicería de Alcantara, molduras de carbono, etc… en fín detalles deportivos, porque al final estamos ante un Volkswagen de 300 CV que se acerca a los 50.000 euros de base.
En cualquier caso, los asientos con esta tapicería opcional que combina el cuero con un tejido que simula la fibra de carbono, brindan el equilibrio perfecto entre el confort necesario para el día a día y la deportividad que encarnan las sujeciones laterales que sujetan el cuerpo a la perfección en una zona de curvas cuando queremos pedirle guerra al pedal del acelerador.
El resto, todo igual: Virtual Cockpit con pantalla de 10,25 pulgadas y distintos modos de visualización, pantalla central táctil de 8 pulgadas con conectividad y navegación integrada, buena ergonomía, buen espacio y un equipo de audio opcional de Beats con 8 altavoces y un subwoofer que suena muy bien, pero… para música la de los escapes Akrapovic.
La ruleta que encontramos junto al selector del cambio sí es exclusiva de las versiones equipadas con tracción total como esta y desde ella podemos modificar tanto la intervención del sistema 4Motion como los parámetros de la suspensión adaptativa, la mecánica o la dirección para ajustar el modo de conducción a las distintas situaciones.
El maletero del Volkswagen T-Roc R tiene una capacidad de 392 litros que pueden llegar a ser casi 850 l más si abatimos los respaldos traseros. Y en las plazas traseras hay suficiente espacio para tres adultos de talla media y dos de talla alta (1,70 – 1,85 m).
El motor es un auténtico deleite
El Volkswagen T-Roc R tiene el mismo motor que el Cupra Ateca. Este es un motor gasolina turboalimentado de dos litros y cuatro cilindros que declara 300 CV de potencia desde las 5.300 hasta las 6.500 rpm y 400 Nm de par entre las 2.000 y las 5.200 rpm.
Esto quiere decir que disponemos de una respuesta más que formidable prácticamente en todo el régimen de giro del motor. Ten en cuenta que el corte de inyección está en las 7.000 vueltas, así que… te va a dejar pegado al asiento desde el mismo instante en que hundamos el pie en el acelerador.
De hecho, la sensación es esa. No hay nada que le impida volar bajo cuando le pedimos el máximo rendimiento. Le da igual cargar con lo que sea. Una vez que se acerca a las 2.000 vueltas, empieza a empujar como un demonio y replica nuestras órdenes de forma rápida y contundente.
De transmitir todo eso al asfalto se encarga la estupenda caja de cambios automática DSG de doble embrague y siete marchas (de la que ya te he hablado muchas veces y ya sabes lo rapidísima y efectiva que es) y junto a ella el sistema de tracción total 4Motion que reparte el par entre ambos ejes motrices.
La verdad es que funcionando tanto en modo automático como en modo manual es una pasada. Utilizando las levas, realiza los cambios de marcha al instante y lo hace de forma muy obediente. Es verdad que a veces, cuando la exigimos dos cambios muy seguidos o cuando apuramos el corte, se satura y cambia de forma automática también para proteger la mecánica, pero en términos generales es una delicia. Además, se adapta al modo de conducción que elijamos perfectamente y en base a eso lleva a cabo su trabajo de forma más confortable y eficiente o de un modo mucho más agresivo y eso mola.
La tracción 4Motion a las cuatro ruedas hace que todo ese brío se refleje o salga a la luz de manera efectiva e inteligente, incluso aporta ese plus de seguridad que se agradece. Al salir de cada curva puedes abrir gas sin preocuparte por nada o incluso, saliendo a fondo desde parada porque no pierde absolutamente nada de tracción, algo bastante habitual en modelos de tracción a dos ruedas motrices. Al final, tanto caballaje es demasiado para transmitirlo mediante un solo eje. En este caso, el mecanismo 4Motion es todo un acierto.
Su comportamiento dinámico se asemeja al de un auténtico deportivo compacto
En lo referente a comportamiento dinámico puro y duro hay que decir que el trabajo que el Grupo Volkswagen ha hecho últimamente con la suspensión adaptativa DCC es una oda al excelencia.
Este es un coche muy válido para el día a día que se vuelve una tabla si optamos por el modo Sport o Race (Este último muy recomendable para pasárselo en grande). Además, pese a tener una mayor altura libre al suelo que el Golf, no muestra ni balanceos ni inercias propias de los SUV que quiten confianza al que va al volante.
Tan solo hay que controlar fácilmente los cambios de apoyo, como en cualquier otro deportivo, y tener cuidado con no pisar zonas rotas o juntas de dilatación yendo demasiado rápido, porque ahí sí que nos va a escupir hacia afuera. Ya te digo, lo único que se percibe en los virajes más cerrados es algún ligero subviraje que no obstante también está presente en el Golf R o en cualquiera de sus rivales.
La dirección con dureza variable es muy precisa, tan solo hay dos vueltas de volante entre tope y tope, y es directísima. Esta permite un guiado sensacional y es perfecta tanto para conducir placenteramente por una secundaria o una autovía como para encarar un tramo de rally. Tan solo hay que jugar con los modos de conducción para que se transforme. Esto la permite ser blanda y fácil de manejar en ciudad y dura como una piedra cuando queremos abrir gas a fondo.
Por último, los frenos son muy eficaces y aguantan bastante. A ver, con las temperaturas del verano y más con la ola de calor, que es cuando realicé la prueba, su fatiga llegaba antes, pero refrigeran y retoman actividad rápido. Además, no son como otros que cuando se agotan directamente te quedas sin frenos.
Estos te van avisando y es algo que agradeces porque ya queda en ti seguir exigiéndolos y aumentar el riesgo o bajar el ritmo. Para pasar una buena tarde subiendo y bajando un par de puertos son más que suficientes.
El equipamiento va acorde al segmento
El equipamiento de serie del T-Roc R, que parte de los casi 50.000 euros, cuenta con aparcamiento asistido, asistente de arranque en pendiente, frenada automática de emergencia, aviso por cambio involuntario de carril y mantenimiento en el mismo, sensores de aparcamiento, cámara de visión trasera, asientos y volante deportivos R, iluminación led, control de crucero inteligente y limitador de velocidad, luneta y retrovisores térmicos, selector de modos de conducción, acceso y arranque sin llave, climatizador bizona automático, equipo de sonido con seis altavoces, instrumentación Digital Cockpit, pantalla central táctil de ocho pulgadas con conectividad, etcétera. Pulsa aquí para configurar el Volkswagen T-Roc R a tu medida.
Algunos extras disponibles (techo solar panorámico, llantas Pretoria de 19 pulgadas, equipo de sonido Beats con subwoofer, navegación, reconocimiento de señales de tráfico, suspensión adaptativa DCC, asientos calefactados, portón con apertura eléctrica, sistema de escape Akrapovic, tapicería mixta de cuero o techo pintado en negro, entre otros) pueden hacer que la factura se incremente en más de 10.000 euros adicionales de un solo plumazo, como es el caso de esta unidad, que prácticamente rozaba los 63.000 €.
El consumo no está mal
Como es normal en coches de este tipo y con semejante potencia, los consumos no están al alcance de todos los bolsillos. En vías rápidas a límites legales estaremos rondando entre los 8 y los 9 litros a los 100 con el control de crucero adaptativo. Si lo llevamos a pedal y con una conducción sosegada, en función de la orografía, podemos bajarlo de 8 l/100 km.
A partir de ahí, en ciudad y en conducción deportiva será completamente imposible bajar de los dos dígitos. En ciudad lo normal es verlo entre los 11 y los 13 l/100 km y subiendo un puerto con mucha alegría, el registro mínimo puede llegar a ser de 20 litros y si abusamos más de la cuenta, puede hasta que la media se doble. Está claro que esto es algo con lo que cualquier futuro propietario de T-Roc R cuenta y, si no hay problema para afrontar las cifras, disfrutará del coche a cada momento.
Por tanto, teniendo en cuenta que el depósito del Volkswagen T-Roc R tiene capacidad para 55 litros de gasolina, la autonomía media por cada llenado puede rondar entre los 400 y 500 km. Si vamos muy finos y nos olvidamos de las prestaciones, puede incluso que la cifra quede cerca de los 600 km.
Pero vamos, este apartado es lo de menos, ya que el Volkswagen T-Roc R es un coche pensado y diseñado para pasárselo en grande conduciéndolo. Además, esta opción es ideal para aquellas personas a la que le gusten los deportivos pero no quiera renunciar a la facilidad de acceso y de uso de un SUV.
Ficha Técnica
Versión probada
Volkswagen T-Roc R
Cilindrada
Bloque motor
Potencia (CV)
Par motor (Nm)
Masa en vacío
Velocidad máxima
0-100 km/h
Transmisión
1.984 cm³
4 cilindros en línea
300 CV
400 Nm
1.575 kg
250 km/h
4,8 segundos
AT Doble embrague 7 relaciones
Tipo de tracción
Combustible
Capacidad del depósito
Consumo combinado
Capacidad del maletero
Precio sin descuentos
Etiqueta medioambiental
Total
Gasolina
55 litros
8,6 l/100 km
392 litros
51.965 €
C
Destacable
- Ayudas a la conducción
- Diversión al volante (tanto en conducción deportiva como normal)
- Luces Led
- Sonido de los escapes Akrapovic (Las palomitas que sueltan son espectaculares).
Mejorable
- Consumo
- Diseño interior similar al de un Polo