SsangYong Korando 2020: Un cambio radical

SsangYong es una marca extraña para algunos, una de esas de las que nunca han oído hablar y, que cuando se la mencionas, lo primero que se les viene a la cabeza es: Pero… ¿Hacen buenos coches?. Mi respuesta es que sí y, aún más después de haber probado la cuarta generación del SsangYong Korando con el motor de gasolina más potente.

Tras 25 años y medio de vida de la marca coreana en nuestro mercado, la evolución experimentada por SsangYong ha sido muy notable y, eso se ha notado bastante en esta cuarta generación del SsangYong Korando, un vehículo totalmente nuevo que no tiene nada que ver con su predecesor ni con cualquier SsangYong comercializado hasta la fecha.

¿Donde situamos al nuevo SsangYong Korando?

Con 4,45 metros de largo, el nuevo SsangYong Korando se ha situado en el medio del segmento C-SUV, el segmento más disputado y el líder en ventas actualmente. Esta situación le hacen lidiar con pesos pesados como el Nissan Qashqai, el Seat Ateca, el Peugeot 3008 o el Hyundai Tucson. Entonces, ¿Qué propone el SsangYong Korando para captar clientes?

Tres cosas, la primera, su precio. La firma coreana ha tocado la fibra sensible de sus potenciales compradores poniendo un precio de partida de 20.500 €, que se quedan en 17.500 € con promociones. Una tarifa a la que muy pocos rivales de su tamaño y, sobre todo, con esta potencia puedan llegar.

La segunda de ellas es la posibilidad de incorporar una tracción 4×4, que le sirve para distanciarse bastante de los competidores que solo ofrecen obcecadamente versiones 4×2. Con ello, se pretende recuperar esas aptitudes todoterreno que se perdieron en las anteriores generaciones.

Y la tercera pero no por ella la menos importante, la seguridad. SsangYong esta relacionado con Subaru y, por ello, una de las prioridades de la marca coreana es la seguridad. Desde el acabado más básico trae un enorme paquete de asistentes a la conducción, elementos que en la gran mayoría de sus rivales hay que pagar a parte. 

Se ha puesto a la moda

Si echamos la vista hacia atrás, se puede observar que esta cuarta generación no tiene nada que ver con ninguna de las anteriores y es que los tiempos cambian y la sociedad actual demanda un vehículo familiar, grande y acorde a la actual mentalidad SUV.

Y es que, la marca coreana ha conseguido una revolución con el nuevo SsangYong Korando, tanto que de primeras da la sensación de estar ante un todocamino familiar, gracias a un capó alargado, una línea de cintura que se extiende hasta prácticamente el portón trasero y unos trazos complejos que compagina a la perfección con otros más deportivos y hacen que el conjunto sea de lo más vistoso. En lo personal me parece un coche bastante bonito a la par que interesante.

Se ha redimensionado por completo

Ahora tiene unas dimensiones más equilibradas que llegan ahora hasta los 4,45 metros de largo, 1,87 de ancho y 1,62 de alto por lo que comparado con su antecesor experimenta un crecimiento de 4 cm a lo largo y ancho, reduciendo su altura en casi 4,6 cm. Pese a esta transformación SUV, el Korando ofrece algún que otro detalle campero como son los más de 18 cm de altura libre al suelo que presenta.

De su diseño destacaría principalmente el frontal, con unas líneas robustas y muy horizontales que tienen continuidad en su zaga, donde te encuentras un portón tan amplio como atractivo gracias, en parte, a la tira cromada que conecta ambos pilotos. Todo para dar forma a un conjunto que en términos de calidad de construcción ha dado varios pasos al frente, con unos remates y unos ajustes bien terminados.

Eso no quita para que a la parte posterior le falte algo, ¿Adivinas que es? ¡Bingo! el tubo de escape. SsangYong ha tomado la decisión de continuar con la moda de ocultar el tubo de escape para darle al coche un aspecto más ecológico. Sin embargo, personalmente es un detalle estético, que me gustaría que estuviera visible y más con 163 CV bajo el capó. Tampoco me convence que los intermitentes estén a la altura de la matrícula, porque sin lugar a dudas, es una zona menos visible que en los pilotos traseros.

El interior apunta alto

Si te ha sorprendido el cambio estético, por dentro el asombro es mucho mayor, al menos para mí , y es que el nuevo SsangYong Korando no tiene nada que envidiar al resto de modelos del segmento. Si eres de los que piensa que estás ante un coche “low cost“, ya te garantizo que estás completamente equivocado. El nuevo suv coreano le ha sabido plantar cara a los líderes de la categoría proponiendo un salpicadero vistoso y perfectamente rematado y, que incluso cuenta con ciertos guiños premium si me permitís la expresión.

La mayoría de los mandos se encuentran a mano y presentan un tacto excepcional. La pantalla central es de 8 pulgadas y viene de serie en toda la cama y en ella se incluye tanto Android Auto como Apple CarPlay, característica que se convierte en indispensable ya que es la única manera de disponer de navegador en el coche. De esta manera, SsangYong se suma así a la moda de otras marcas asiáticas de suprimir este elemento y dejarlo en manos de nuestro smartphone, lo que propone una pregunta: 

¿Qué ocurre con aquellos propietarios que no dispongan de un móvil de estas características o que su tarifa de datos sea reducida? Soy conscientes de que cada vez son menos pero como dice el dicho “mejor que sobre que no que falte”. Elemento este que, como veremos en el apartado de equipamiento, palia con la inclusión de otros si cabe más atractivos.

Sin dejar el tema de las pantallas de lado, el Korando ofrece en los acabados más altos un atractivo cuadro de instrumentos digital de 10,25 pulgadas con visualización en 3D (la animación al activarlo cautiva) y configurable en función del programa de conducción escogido.

Lo único que he echado en falta en lo referente a la información es que no haya opción para poder ver el consumo medio desde que tu lo pones a cero y es que este se pone a cero en el momento que arrancas y por tanto, no puedes sacar una media en función de un kilometraje sin apagar el motor.

Por dentro es inmenso

Una de las grandes virtudes del SsangYong Korando es su habitabilidad. Delante es muy sencillo encontrar la postura ideal al brindarnos unos asientos cómodos y anchos. El volante de grandes dimensiones quizá agobie algo al sentarnos, pero la sensación general es confortable. Yo solo le puedo poner una pega a las plazas delanteras y es el hueco de delante de la palanca, que es muy estrecho y para conectar el móvil al sistema multimedia o tenemos una mano muy fina o hay que esquinar la mano para poder conectarlo.

Las plazas traseras fué lo que más me sorprendió de este coche sin lugar a dudas, hay espacio más que suficiente para todo lo que se nos ocurra, incluso para viajar tres adultos muy cómodamente. Cierto es que el que ocupe la central irá algo más incómodo a causa de un respaldo duro, pero si se alterna con los otros dos notará cómo las butacas exteriores recogen perfectamente su cuerpo. Además, el hueco restante tanto para las piernas (con casi 15 cm con el asiento del conductor para alguien de 1,80 m) como para la cabeza le sitúa en los puestos top de su segmento, a lo que hay que sumar la posibilidad de reclinar en dos posiciones el respaldo.

Tiene un maletero de los más grandes

Así es, con 551 litros de capacidad hasta el techo, se sitúa entre los más grandes de su segmento siempre y cuando quitemos la bandeja divisoria que lo compartimenta. Además, tiene un práctico doble fondo. Si con esos 551 litros de capacidad no tenemos bastante, podemos abatir los respaldos traseros en proporción 40:60 y obtener una capacidad de 1.248 litros y, gracias a sus formas regulares y una boca de carga relativamente baja, meter bultos pesados no será ningún problema.

163 CV de pura gasolina

La gama mecánica del Ssangyong Korando está formada actualmente por cinco motorizaciones: una diésel (con 136 CV), dos gasolina (con 149 o 163 CV) y otras tantas alimentadas por GLP. Estas últimas finalmente derivan de las de gasolina saliendo dicha transformación de fábrica si aportamos los 2.050 € de sobrecoste que propone la firma coreana que dolerán menos dado que lucimos la etiqueta ECO de la DGT.

Sin embargo, esta unidad tiene como protagonista el motor de gasolina más potente, el G15T con su bloque tetracilíndrico de 1,5 litros, turboalimentado con inyección directa que genera 163 CV asociado a la transmisión manual de seis relaciones y a la tracción delantera (si queremos la tracción total tenemos que optar ya por la caja automática).

No es un motor extraordinario en término de rapidez algo que llama la atención en relación a su potencia, pero cumple con nota moviendo con soltura al Korando. Su progresividad confunde pues en marcha parece que estemos ante un bloque de aspiración en lugar de uno turboalimentado.

Por debajo de 2.000 rpm peca de perezoso y aunque su ficha técnica nos dice que los 280 Nm de par entran a partir de las 1.500 no es hasta más allá de las 2.200 vueltas cuando se empieza a notar algo de empuje.

La estabilidad, el confort son su principal baza

Cuando te pones a circular con este coche te das cuenta de que es probablemente uno de los todocaminos más confortables del momento. Y es que el montar en el eje delantero una suspensión independiente y en el trasero una multibrazo le confieren a este SsangYong Korando una estabilidad notable.

En autopista parece que vas a los mandos de un vehículo más grande y eso es gracias a que tiene un aplomo excelente y apenas produce rebotes cuando pasas a 120 km/h por una junta de dilatación. En este sentido un 10. Sin embargo, cuando le metes en carreteras viradas, la cosa cambia un poquito, me explico, no esperéis que tenga la agilidad de una Ateca o un Kuga, pero sí que es capaz de sortear con creces un tramo virado sin apenas sentir balanceos que te provoquen inseguridad o una tendencia al subviraje. En este sentido también es todo un logro. Mis felicitaciones a SsangYong por haber conseguido un equilibrio perfecto entre el aplomo en carretera y el aplomo en autovías.

Si a todo lo anterior le sumas los 163 CV del motor de gasolina , la combinación que sale es simplemente espectacular . Lo único malo, es que cuando estamos subiendo un puerto de montaña hay que jugar mucho con el cambio, y tener vigilado el cuenta revoluciones para que no baje de las 2.000 vueltas para no quedarnos sin empuje. Y otra cosa similar nos pasa al bajarlo. Al tener solo 1.5 litros de cilindrada, la retención es prácticamente nula, lo que nos obliga a usar el freno más de lo que me gustaría.

Los modos de conducción que aporta, Normal y Sport (los 4×4 suman el Winter) apenas ofrecen diferencias entre sí más allá de endurecer ligeramente la dirección y conseguir que sea más ‘pesada’ e informativa. Pero como digo, no es un cambio excesivamente destacable. Por cierto, que se me olvidaba, también se modifica el aspecto del cuadro de instrumentos.

La seguridad ante todo

Aquí hay un ligero inconveniente y es que esta unidad que me ha cedido SsangYong España no se corresponde con ningún acabado de los que se comercializa en nuestro mercado (Line, Urban, Premium y Limited). Si bien a nivel de equipamiento estaría entre medias de los dos últimos, cuando nos vamos al configurador vemos que el G15T de 163 CV con el cambio manual de 6 relaciones y tracción delantera solamente puede combinarse con el acabado básico Line, el cual no iría equipado ni con el cuadro digital, ni con las llantas de 18 pulgadas, la cámara de visión trasera o la pantalla central de 8 pulgadas que sí lucía esta unidad. Por tanto, si quieres ver todos los elementos de serie que trae cada modelo, pulsa aquí para verlo.

Por ello, me voy a centrar en alabar la dotación de serie que incorpora desde el acabado más básico con el bautizado sistema SASS que aglutina, entre otros, el asistente de frenada de emergencia autónomo, la alerta de salida de carril con mantenimiento en el mismo, el reconocimiento de señales de tráfico, la alerta de avance vehículo delantero, la advertencia de fatiga y la alerta de distancia de seguridad. Solo el acabado más alto puede sumar los faros LED.

Otros elementos interesantes que también vienen de serie son: el ESP, el ABS, el Sistema antivuelco, el sistema de asistencia a la frenada (que endurece el freno en función de la distancia precedente con el obstáculo delantero para ayudarnos a frenar con más fuerza), el repartidor de frenada entre ambos ejes, el control de descenso en pendiente, el sistema de ayuda de arranque en pendiente, el control de tracción, la iluminación interior led, el E-Call y el control de crucero (sin opción a que sea adaptativo), entre otros.

El consumo no está mal, pero podría estar mejor

Como he mencionado antes, el ordenador de abordo no cuenta con una medición media del consumo dejando únicamente la parcial con reseteo en cada trayecto. Si bien la marca homologa 7,6 l/100 km en el ciclo combinado, lo que pude comprobar durante los recorridos que hice durante toda la semana de pruebas fue que el gasto medio está más cerca de los 8,5 l/100 km que del oficial.

En autovía a velocidades legales conseguimos quizá acercarnos a los 7,1 l/100 km que homologa pero yo no lo conseguí bajar de los 8 litros pero a poco que aumentemos la velocidad o que entremos en un puerto de montaña, vas a ver cómo el dato se dispara por encima de los 10,5 l/100 km con facilidad. Esto unido a un depósito de combustible de 50 litros, provoca que la autonomía final ronde los 600 kilómetros aproximadamente.

La gama arranca en el acabado Line con el motor G15T 4X2 Manual y 149 CV en 17.500 € con descuentos y acaba en el acabado Limited con el motor G15T con GLP 4X4 Automático con 163 CV por 31.750 € con descuentos.

Por tanto si estás buscando un coche que tenga la estética de un SUV, en el que puedan viajar 5 personas sin problemas, que vaya bien dinámicamente y que tenga maletero suficiente como para meter el equipaje de 5 personas, tal vez esta sea tu opción ideal.