El Subaru XV de GLP es una gran alternativa por precio, calidad y equipamiento. Además, cuenta con tracción permanente a las cuatro ruedas.
Con las 5 estrellas EuroNCAP, el Subaru XV es un coche que convence por su relación precio/producto y cuyo mayor pecado es un cambio CVT, que hace que no se pueda exprimir todo el potencial de su formidable plataforma.
El Subaru XV llegó al mercado allá por 2011. Cuando la moda SUV empezaba a mostrar el comienzo de su dominación sobre el mercado, el fabricante japonés se dispuso a ofrecer un coche cruce entre el compacto de referencia de la marca, el Subaru Impreza, del que toma arquitectura, y el modelo más off-road, el Subaru Forester.
El resultado, el Subaru XV, o Subaru Crosstreck , según el mercado donde se venda, que mezcla lo mejor de la conducción de un compacto y un todocamino con la esencia de la mecánica tradicional de Subaru: motor bóxer gasolina y tracción simétrica integral.
El Subaru XV se ha convertido en el modelo más exitoso del fabricante desde su lanzamiento. Es un modelo atractivo gracias a su carácter polivalente y su combinación de seguridad y efectividad tanto en carreteras como en pistas off-road (gracias a la tracción permanente simétrica).
Por este motivo, he decidido probar el nuevo Subaru XV 1.6 Executive Plus. Esta versión se convierte en el nuevo tope de gama, ofreciendo un gran equipamiento en seguridad y confort con un precio que parte de los 26.400 euros.
El diseño está a medio camino entre el Outback y el Forester
Aunque ha mejorado mucho respecto a su predecesor y se ha acercado mucho a la buena presencia que tiene el Outback, el Subaru XV para mi gusto es algo sobrio en su aspecto exterior. No hay queja posible sobre los ajustes de los distintos elementos de su carrocería, pero los plásticos de los pasos de rueda y de los faldones o las soldaduras de los marcos de las ventanillas podrían tener mejor aspecto.
La unidad de pruebas cuenta con el color Pure Red que no le sienta nada mal y que tiene mejor aspecto en directo que en las imágenes. Contrasta con el negro de las molduras de los pasos de rueda y del frontal y contribuye a darle un aspecto más aventurero a este modelo.
El frontal no cambia mucho con respecto a la generación anterior, es muy similar al del Outback y el Levorg, con una parrilla y un faldón que dejan una buena entrada de aire para la refrigeración y la alimentación de la mecánica. Algunos podrían echar de menos las matrículas de formato pequeño a las que Subaru nos tenía acostumbrados en sus modelos.
Los faros tienen una buena calidad de luz, al menos los principales. Sobre todo en las luces largas tendremos un buen haz de luz por delante de nosotros y su función dinámica nos iluminará el interior de las curvas en los giros. Lo que ya no me ha gustado tanto son los antinieblas, bien ubicados para no producir autodeslumbramiento e iluminar los bordes de la calzada, pero con poca cantidad de luz.
La vista lateral es la que más me recuerda a su predecesor, con unas proporciones muy similares (4,47 m de largo, 1,80 m de ancho y 1,62 de alto) pese a que este XV estrena una plataforma nueva completamente diferente. Las llantas de 17 pulgadas tienen un diseño llamativo y son muy fáciles de limpiar.
Nos encontramos con detalles característicos de un SUV, como son los pasos de rueda en plástico negro, unidos por un plástico también en negro, las barras de techo y una linea de tensión alta.
Las puertas son amplias y dejan un buen acceso al interior al abrir un ángulo casi perpendicular a la carrocería del coche, lo mismo que el portón trasero, que deja un umbral de carga muy accesible.
Es la parte que para mi gusto, es la más deportiva, agresiva y compacta. Por arriba tenemos un spoiler en negro brillo, acompañado por dos embellecedores a ambos laterales, que le ayuda a incrementar ese toque deportivo.
Además, nos encontramos con unos grupos ópticos que recuerdan a los Levorg y Outback, que se ven bien y no están muy expuestos a golpes gracias a su posición elevada. Se encuentran partidos, para poder aprovechar la carga del maletero. En este acabado monta de serie tecnología LED con algunas halógenas.
En el interior se nota una clara mejoría
La presentación del interior del XV ha mejorado más que la exterior. Realmente ahora es mucho más atractivo que antes y no sólo entra mejor por los ojos, también los materiales y acabados tienen mucho mejor aspecto.
La postura de conducción es muy cómoda, contamos con una buena distancia para las piernas, altura libre al techo, y lo más importante para una persona de “huesos anchos” es muy ancho.
Además, los asientos recogen muy bien el cuerpo y cuentan con calefacción en los mismos. El asiento del conductor es de regulación eléctrica, mientras que el del copiloto es manual.
Pese a los pespuntes en color naranja y la tercera pantalla de información adicional en el salpicadero, el diseño también es bastante austero.
Ya que hablo de la instrumentación, por fin contamos con buena información e incluso en la tercera panttalla, contamos con multitud de información (asistentes a la conducción, temperatura del refrigerante y del aceite, consumos, tracción y posición de las ruedas, inclinación del terreno…) pero el manejo de esta información y del ordenador de viaje es muy engorroso.
Hacen falta nada menos que 5 teclas para navegar entre las funciones del ordenador y la instrumentación, y lo peor es que están agrupados en 3 zonas muy separadas. Para resetear el ordenador hay pulsador invisible desde el puesto de conducción.
Sin embargo, para movernos por el ordenador de viaje tenemos 3 pulsadores en el aro inferior izquierdo del volante y para ver los distintos grupos de datos de la pantalla sobre el salpicadero tenemos otro pulsador…¿no se puede hacer más sencillo?.
No me parece bien resuelta la ubicación de los conectores para la alimentación de un cargador y las tomas USB. Hay 2 en la guantera central entre los asientos delanteros, y otros 2 en el hueco por delante de la palanca de cambios (solo estos últimos sirven para usar Apple CarPlay y Android Auto). Como pega, tendrían que hacer ese hueco más grande, para poder meter bien la mano y que no vaya el movil balanceando en cada curva.
En el momento de realizar la fotografía, el asiento del conductor estaba situado para una persona de 1,80 m de alto, por lo que al sentarme por primera vez en las plazas traseras, la primera sensación que me entró es de amplitud, hay un gran espacio para las rodillas, pero no para el techo, con una altura de 1,80 m creerme que el pelo toca el techo.
Lo que me resultó cómodo fué lo bien aprovechado que está el espacio en el interior del XV, donde pueden viajar 5 adultos con más confort que en otros rivales.
El maletero tiene un volumen sólo correcto con 385 litros de capacidad. No es el mejor de la categoría, está en la media. Falta algo de profundidad y es que la suspensión y la tracción en el eje trasero ocupan un espacio que en otros rivales se deja para el equipaje. Si necesitamos más espacio podemos abatir los respaldos traseros (1.310 litros) o utilizar las barras del techo.
Una cosa a tener en cuenta, es que al equipar la opción de GLP, no se puede equipar rueda de repuesto, debido a que el depósito de combustible se monta en el hueco de la rueda de repuesto. Esto puede ser un pequeño inconveniente para los que quieran hacer off-road ya que si quieren la rueda, no pueden equipar la opción de GLP.
Tiene un motor con poca potencia
A pesar de contar con la tracción Symetrical All Wheel Drive, seña de identidad de la marca, su motor de 1.600 centímetros cúbicos eroga una potencia justa y un par que no resulta especialmente desbordante: 114 CV y 150 Nm.
Unas cantidades que, para un coche de más de 1.500 kg, resultan apropiadas para terrenos sin complicaciones pero se echa en falta un plus, sobre todo, si se circula en carreteras con pendientes ascendentes y, entonces, el Subaru XV con caja de cambios automática CVT muestra su peor cara.
Con un variador continuo que gestiona, según interpreta la situación de la conducción, llega a realizar diferentes cambios de velocidad en “pocos” metros y segundos, buscando el régimen adecuado de forma poco agradable.
Es entonces cuando resulta interesante pensar en utilizar el selector de la palanca del modo “D” al “L” que sitúa a la caja Lineartronic en función de “freno motor” para poder retener el coche, ya sea para frenar o para mantener un régimen alto para poder acelerar.
Sea como fuere, la sensación que me deja la prueba del Subaru XV GLP en situaciones normales de tráfico, como pueden ser desplazamientos laborales en horas de mayor densidad de tráfico, uso diario como vehículo familiar o en viajes de placer, resulta, en líneas generales, un coche cómodo y sencillo de conducir, a pesar del CVT.
La potencia solo se obtiene en gasolina
¿Porque digo eso de que solo es potente si se alimenta por gasolina? Tiene muy fácil explicación, el gas licuado de petróleo (GLP), tiene menos potencia calórica que la gasolina, por lo que para para poder igualar el motor cuando se alimenta por GLP a cuando lo hace por gasolina, ha de consumir más cantidad de GLP, lo que aumenta notablemente el consumo de GLP.
Además, no solo es el consumo, si no que el tiempo de respuesta del acelerador aumenta en GLP, es decir, si quieres hacer un adelantamiento en carretera, mejor usar gasolina y no el gas. Yo que vosotros dejaría el gas para ciudad, aunque consuma más, porque da la sensación de que en vez de un motor de 114 CV, parece uno de 90 CV, por lo que esa sensación de pérdida de potencia se nota menos en ciudad.
¿Cómo se pasa de alimentar el motor por GLP a gasolina o viceversa? A diferencia del GNC que arranca en gasolina y cuando se calienta el gas lo suficiente empieza a funcionar hasta que se agote el depósito de GNC, con el GLP no pasa eso, el conductor puede elegir a voluntad que combustible utilizar mediante el botón EG situado en la en el lateral izquierdo (al lado del volante). El cambio de GLP a gasolina es cuestión de segundos, sin embargo de gasolina a GLP ya no es tan rápido, ya que este último ha de estar caliente en el momento de utilización.
Su comportamiento es increible
El XV no tiene rivales. No hay ningún competidor que sea capaz de llevarnos con este confort y seguridad en carretera y que luego no se amilane fuera del asfalto.
¿Pero cuál es el truco? El truco está en que, gracias al bajo centro de gravedad que se logra con el esquema técnico del XV, tenemos un coche con una altura libre al suelo mayor que la de la mayoría de los SUV del mercado, pero que no implica un balanceo de la carrocería excesivo.
Tampoco necesita unas enormes estabilizadoras que radicalizan mucho la respuesta del coche. El resultado es un comportamiento muy noble, un buen nivel de confort y que, fuera del asfalto, puede superar obstáculos donde sus rivales dejan el faldón… o el cárter.
En ciudad es un coche muy cómodo de conducir por la buena visibilidad que tenemos al ir sentados altos y por lo fácil que es de conducir con su cambio automático y un start & stop que pasa inadvertido.
Como sus dimensiones son relativamente compactas, es fácil encontrar un hueco donde aparcarlo y también permite moverse con soltura en zonas complicadas.
En autopista el mayor incordio será el ruido de la mecánica en los puertos de montaña (el CVT nos pone el motor a 5.000 rpm a la mínima) y el aerodinámico. No le vendría mal un mayor aislamiento acústico. Sin embargo, no es demasiado molesto y, como los asientos y las suspensiones son muy cómodos, podemos hacer muchos kilómetros sin fatigarse.
En curvas rápidas se agradece el centro de gravedad algo más bajo de lo normal pese a su altura, con un balanceo poco acusado y sin guiñadas exageradas. El XV va por donde se le dice con el volante y no hace cosas raras al pasar por badenes o juntas de dilatación en pleno apoyo.
Si nos perdemos por una carretera secundaria, el chasis deja claro que va sobrado para este nivel de potencia. Echaremos en falta algo más de empuje en los adelantamientos y unos cambios mejor escalonados para sacar partido de la potencia y motricidad disponible en las zonas viradas. Los frenos tienen un buen tacto y la dirección también.
El reparto de par con un 60% de la tracción en el eje delantero hace que el XV tire bastante de morro y lo hace algo subvirador. Esto facilita el trabajo a los conductores menos expertos y mejora la seguridad del coche en general, pero no estaría de más poder modificar este reparto.
Fuera del asfalto llega a sorprender por ser capaz de superar obstáculos que uno no espera pese a llevar neumáticos 100% de asfalto y de verano. Su altura libre permite que pueda pasar sin empanzar por zonas muy complicadas e incluso con profundas roderas. El cambio CVT se convierte en un aliado perfecto para superar fuertes pendientes gracias a que puede funcionar casi como una reductora y acortar mucho el desarrollo para superar la rampa.
También el sistema de control de velocidad de descenso se ha mostrado muy eficaz y el tener un reparto de tracción total de manera permanente hace que sea mucho más eficaz cuando la adherencia escasea. Realmente es un verdadero todocamino, un coche capaz de hacerte disfrutar de un viaje o de una excursión por el campo. En este sentido echo de menos llevar una rueda de repuesto, ya que el XV te permite hacer buenas rutas 4×4 con un mínimo de experiencia.
Me ha sorprendido lo que mejora su comportamiento fuera del asfalto cuando desconectas el control de tracción. De este modo, en lugar de cortar gas o frenarnos las ruedas, el XV hace trabajar el reparto de tracción del sistema 4×4 y el variador continuo alarga o acorta el desarrollo de manera precisa. El resultado es una motricidad muy buena y que el coche trabaja para sacarnos del apuro con eficacia.
En definitiva, el Subaru XV es un coche muy agradable de conducir en cualquier situación, con una capacidad de adaptación al medio que no se pueden permitir sus rivales. Su chasis es tan bueno que echaremos en falta más caballos y, aunque al principio no enamora su cambio CVT, una vez acostumbrados a él es mejor de lo que parece.
La seguridad es una de las prioridades de Subaru
En Subaru España han querido que todos los XV equipen el Eyesight pasen a ser una referencia en cuanto a seguridad y la verdad es que lo han conseguido. El Subaru XV tope de gama se queda en 28.000 euros y por esa suma nadie ofrece un coche con cambio automático, tracción total y este nivel de equipamiento. Además, el sistema Eyesight se ha desmarcado como uno de los mejores ADAS (asistentes de conducción avanzados) del mercado.
Este sistema emplea dos cámaras con visión estereoscópica ubicadas en la parte superior del parabrisas. Gracias a ellas puede calcular la distancia con el coche que nos precede, detectar la presencia de un peatón, calcular la velocidad relativa con la que nos acercamos a un obstátculo, identificar las señales de tráfico o alertarnos si nos salimos del carril o si el coche de delante ya ha salido al ponerse el semáforo en verde.
Su funcionamiento es muy bueno y no me he encontrado con los problemas de otros modelos cuando el sol nos da de frente.
Lo que sí que me parece un verdadero tostón es que, cada vez que detecta un vehículo por delante, o que deja de estar, suena un pitido. Al meterte en cama después de un viaje largo con este sistema llegas a soñar con el dichoso sonido.
Control de crucero adaptativo, alerta de pérdida de carril con sistema de mantenimiento en el mismo, alerta de colisión con frenado de emergencia, sistema de detección de peatones, un buen equipo de sonido, funciones mirror-link y buena conectividad, retrovisores con abatimiento automático, climatizador bizona (una pena que no tenga salidas de aire para las plazas traseras…), etc. Todo esto, unido a la buena imagen de marca y cierto halo de exclusividad, hace que la relación precio/producto del Subaru XV sea de las mejores que hay en el mercado y lo hace una muy buena alternativa.
En el Subaru XV no está disponible ni siquiera como opción el navegador integrado. Efectivamente esto es así y para muchos es un inconveniente. La verdad es que es un engorro tener que recurrir a nuestra tarifa de datos o a “quemar” la pantalla y la batería de nuestro móvil para poder usar un navegador a través del sistema multimedia del XV, pero, por otro lado, así no estamos atados a las actualizaciones oficiales del navegador, que suelen salir por una pasta, y siempre tendremos el navegador más moderno a nuestro servicio.
Tiene unos consumos elevados
Subaru es muy optimista en los valores homologados para el XV, con 6,4 l/100 km.
El consumo real en ciudad del XV está más cerca de los 10 l/100 km, aunque seamos muy suaves al iniciar la marcha. No es un mal dato para un coche de gasolina de este tamaño, que tiene que arrastrar un sistema de tracción total permanente y que cuenta con una caja de cambios con bastantes pérdidas por resbalamiento cada vez que iniciamos la marcha.
El uso del gas permitió recorrer casi 500 km recurriendo solo al GLP y, con una autonomía superior a 650 km utilizando la gasolina, el Subaru XV 1.6i GLP es capaz de sobrepasar los 1.100 kilómetros recorridos, sobre todo en medias y largas distancias. La media de combustible utilizado se estableció en 8,2 litros de GLP cada 100 km y de 7,1 con gasolina de 95 octanos.
Al ser un vehículo híbrido, disponemos de la etiqueta ECO de la DGT, que nos permitirá beneficiarnos de una reducción del 50% del precio por aparcar en grandes núcleos urbanos, así como distintos descuentos (según el ayuntamiento).
Destacable
- Su chasis
- Comportamiento en carretera
- Seguridad activa EyeSight
- Relacion preico/producto
- Gran pantalla multimedia
Mejorable
- Caja de cambios
- Par motor escaso
- Interior sobrio
- Consumos