Prueba Suzuki Vitara GLX 4×4 Mild Hybrid: Un 4×4 honesto muy capaz

El Suzuki Vitara 2021 solamente está disponible con este motor, el 1.4 T BOOSTERJET Mild Hybrid de 129 CV y con una caja manual de 6 relaciones. Únicamente podremos escoger el acabado (GLE O GLX), el color exterior y si lo queremos con o sin tracción a las cuatro ruedas. 

Si te decides por la tracción total (+1.870 €), has de saber que este sistema de tracción total con reparto variable hace que el Vitara se desenvuelva bastante bien fuera del asfalto. Pulsa aquí para ver la ficha técnica al completo del Suzuki Vitara y lo que trae cada acabado.

El diseño está a medio camino entre urbano y campero

Si bien es cierto que el diseño de esta generación no cambia en exceso con respecto a la del 2018, si que esta nueva generación del Suzuki Vitara 2021 incorpora de serie en todos los acabados los faros full led, lo que le aporta un plus de tecnología y de seguridad. Son unos faros normales en lo que respecta a potencia, pero por la noche el resultado es bastante bueno, otorgándonos un buen haz de luz blanco por delante de nosotros.

La marca japonesa ha querido mantener ese aspecto campero con unos paragolpes y unos pasos de rueda muy marcados y con un costado lleno de relieves. Aunque también le han querido dar un toque urbano con unas medidas contenidas (4,17 metros de longitud) similares a las de un Seat Ibiza, ya que este coche se puede utilizar (como veremos más adelante) para ambas cosas. 

El frontal es muy vertical y sus grandes faros y la gran parrilla cromada de lamas verticales le dan un aire contundente al Vitara, que parece más coche y algo más urbanita.

La vista trasera es algo más sosaina que la parte delantera. Me ha sorprendido la posición de la luz de niebla y marcha atrás ubicadas muy abajo en el faldón trasero, una posición en la que es fácil cubrirlas en parte con las salpicaduras de la nieve o el barro, lo cual reduce su eficacia.

Los acabados son buenos y el Suzuki Vitara deja unas líneas de unión entre los distintos paneles de la carrocería perfectamente simétricas y paralelas, algo que también contribuye a darle esa sensación de coche robusto y bien fabricado.

Mucho espacio y funcional

Lo que más llama la atención al abrir las puertas del Suzuki Vitara GLX es que te encuentras con un interior en el que en el primer vistazo los materiales y los acabados te pueden parecer pésimos pero son todo lo contrario. 

Los plásticos del salpicadero tienen buen aspecto, los asientos un tapizado agradable, el volante tapizado en piel tiene buen tacto y está bien cosido… nada desentona. Simplemente son materiales que, sin alardes, son de buena calidad.

Es de agradecer que la marca japonesa solo haya puesto el negro piano en la zona central del salpicadero y no también en la consola central ya que como bien sabéis, este plástico se raya con tan solo mirarlo. 

Las plazas delanteras son muy cómodas gracias a unos buenos asientos y a un espacio generoso. El conductor se encuentra fácilmente con su postura ideal gracias a los reglajes en altura del asiento y en altura y profundidad de la columna de dirección. Además, frente a él se presenta una instrumentación completa y fácil de leer y los mandos están bastante a mano.

Hay numerosos huecos donde podemos dejar objetos: dos posavasos al lado del freno de mano, un hueco delante de la palanca de cambios, una guantera central (ambos algo pequeños, la verdad), un hueco en las puertas donde podemos meter una botella de agua de un litro y una guantera lo suficientemente profunda como para meter un iPad Air 4.

Las plazas traseras son algo justitas, pero es que no se pueden hacer milagros en un coche de este tamaño. Pese a ello, tras un conductor de 1,80 m de estatura puede viajar un adulto de idéntica estatura sin que sus piernas rocen con el respaldo delantero. 

Lo que ya no es tan cómodo es entrar y salir de las plazas traseras porque aunque la puerta abre un ángulo de casi 90º, es demasiado corta y no deja un hueco diáfano para acceder a ellas, lo que hace que cada vez que entras o sales de las plazas traseras dejes un roce con el pie en la puerta.

El maletero del Suzuki Vitara tiene 375 litros de capacidad

Aunque 375 litros de capacidad te puedan parecer pocos, lo cierto es que el maletero está bien aprovechado y sus formas son muy regulares, pudiendo ampliar su capacidad abatiendo los respaldos traseros hasta los 710 litros de capacidad.

Además, gracias a esta enorme boca de carga y a su altura, cargar bultos pesados o grandes no va a ser ningún problema, sobretodo, si tenemos en cuenta que el umbral de carga es bastante bajo.

En definitiva, el Vitara ofrece un interior bastante bien aprovechado para sus compactas dimensiones, es cómodo, los materiales son buenos y uno se encuentra a gusto en él.

Una única mecánica disponible con 129 CV

Se mantiene el bloque 1.4 Boosterjet, aunque se han modificando, entre otras cosas, el sistema de inyección y la relación de compresión, que pasa de 9,9 a 1 en lugar de 10,9 a 1. Además, la potencia se ha visto reducida de 140 a 129 CV, una pérdida que se ve compensada con el aporte extra del motor eléctrico del sistema microhíbrido.

El sistema de hibridación ligera del Suzuki Vitara cuenta con una red eléctrica de 48 voltios. Este sistema se compone de un motor de 14 kW, una batería de ion litio de 48 voltios y 0,38 kWh de capacidad y un convertidor DC/DC de 48 a 12 voltios. Entre sus funciones, está la de asistir al motor de combustión en las aceleraciones, arrancarlo y mejorar el funcionamiento del sistema Star&Stop.

La incorporación de la tecnología Mild Hybrid al Vitara ha permitido aumentar la entrega de par, que pasa de 220 a 235 Nm a 2.000 rpm, así como reducir un 15% el nivel de emisiones y un 16% el consumo de combustible, siendo la rebaja de 1,2 litros a los 100 kilómetros en las versiones 4×4.

Tal y como he mencionado al principio del artículo, el Suzuki Vitara Hybrid solo está disponible con un cambio manual y asociado a la tracción delantera o el sistema Allgrip de tracción total que supone un sobrecoste de 1.800 euros.

Tiene mucho empuje

Pese a tener una cifra tan baja de potencia, sus 129 CV mueven con mucha agilidad al Vitara, es silencioso, no vibra y, además, gracias a su generoso empuje, resulta muy fácil de conducir, ya que no exige estar demasiado pendiente de la caja de cambios. El truco está, en la tecnología Mild Hybrid, que siempre está ayudando al motor de gasolina.

La caja de cambios manual de 6 marchas está bien adaptada a esta mecánica con unos recorridos correctos y precisos. Los cambios entre marchas se notan (porque hay bastante salto de revoluciones entre cada marcha) pero es que el motor puede con ellas al tener un rango de revoluciones muy amplio en el que el par es máximo (2.000 – 3.000 rpm).

Este Suzuki Vitara 4×4 cuenta con el sistema de tracción total 4WD. En condiciones normales, este Vitara es un tracción delantera con el eje trasero completamente desacoplado para reducir el consumo. Si se detecta una pérdida de motricidad, entonces envía par al eje trasero.

Junto al selector del cambio tenemos una tecla y una ruleta que nos permiten modificar la respuesta del motor y del sistema de tracción total. Si pulsamos la tecla «Lock», lo que hacemos es anular el reparto de par variable entre ambos ejes hasta los 40 km/h. De este modo se reparte la potencia del motor a partes iguales para cada eje. 

Con la ruleta podemos elegir entre un modo eco, un modo normal, un modo grip (para fuera del asfalto) y un modo sport. Además de variar la sensibilidad del pedal del acelerador, también se modifica el comportamiento de la tracción total, más predispuesta a mandar potencia al eje trasero en el modo sport para mejorar la tracción en las aceleraciones.

El sistema 4WD es rápido de reacciones y se adapta muy bien a las condiciones de adherencia disponibles. Además, también está respaldado por un eficaz sistema de control de tracción, de modo que, aunque no tenemos bloqueos en los diferenciales, podemos salir adelante en algunas situaciones fuera del asfalto aunque alguna rueda se nos quede en el aire o con muy poca adherencia. 

Durante la semana pude probarlo alguna que otra vez fuera del asfalto y lo cierto es que la sensación fue espectacular. Por ejemplo, el Suzuki Vitara 4×4 podría servir perfectamente para situaciones como la nevada Filomena, donde aún con neumáticos de verano, avanzaría perfectamente. Aunque, si le calzamos unos neumáticos de todo tiempo, el Suzuki Vitara es una alternativa muy a tener en cuenta para aquellos que busquen un coche de tracción total muy polivalente.

El control de la velocidad de descenso (sólo disponible en las versiones 4×4) también funciona bien y es muy fácil mantener el coche bajo control al afrontar un descenso, aunque no es una reductora. 

En campo nos limitarán más las cotas del Vitara (no tiene mucha altura libre por lo que rozar con la panza en el suelo va a ser más común de lo que piensas) y sus neumáticos (si son de verano) que el sistema de tracción o incluso el propio motor.

El Suzuki Vitara es un auténtico polivalente

Este coche destaca por su facilidad de conducción y lo agradable que es de llevar. En ciudad uno se siente a gusto porque tiene una buena visibilidad, el motor apenas se escucha ni vibra y no es fácil calarlo. Como es un coche muy compacto te desenvuelves con mucha naturalidad en medio del tráfico y las maniobras de aparcamiento no se le atragantan demasiado gracias a una dirección bien asistida y desmultiplicada.

Aunque se trata de un coche pequeño para los estándares actuales, no se asusta al salir a carretera y también ofrece una conducción agradable y se revela como un buen rutero con el que viajar confortablemente. En zonas de montaña es suficientemente ágil como para afrontar curvas enlazadas una detrás de la otra, pero mejor tomarse las cosas con calma porque balancea un poquito, aunque nada fuera de lo normal.

En autopista y autovía también rueda con desparpajo y transmite mucha confianza incluso en las curvas rápidas. Las suspensiones mantienen bien el contacto con el asfalto y se recomponen  bien al pasar por juntas de dilatación o cambios de asfalto incluso en pleno apoyo.

Los frenos tienen un buen tacto y han aguantado bien la prueba de la frenada de emergencia en una carretera abandonada. Aunque en estas condiciones el eje trasero tiende a ponerse demasiado de puntillas, no llega a desestabilizarse ni a tratar de zigzaguear.

El control de estabilidad cuenta con un buen chasis como su principal aliado para solucionar los problemas, corrigiendo nuestros errores sin necesidad de actuar con brusquedad, aunque sí es muy sensible y actúa a la mínima, algo que es lo más razonable en un coche que tiene que ser fácil y seguro por encima de eficaz.

Equipado hasta los dientes

Para el Suzuki Vitara 2021 solo hay disponibles 2 acabados con una única opción mecánica y estos son sus precios sin descuentos: 

• Suzuki Vitara GLE 1.4T 4×2 Mild Hybrid: 24.870 €
• Suzuki Vitara GLE 1.4T 4×4 Mild Hybrid: 26:740 €
• Suzuki Vitara GLX 1.4T 4×2 Mild Hybrid: 27.205 €
• Suzuki Vitara GLX 1.4T 4×4 Mild Hybrid (Esta unidad): 29.075 € 

El equipamiento de serie del Suzuki Vitara Hybrid GLE es muy generoso, ya que incluye, entre otras cosas, sensores de lluvia y luz, asientos calefactados, climatizador bizona, cámara trasera, llantas de aleación de 17 pulgadas, conectividad con los smartphones por cable (Apple CarPlay y Android Auto) y una pantalla táctil que reacciona rápidamente a nuestras demandas, pero que tiene el defecto de que sus iconos y teclas son demasiado pequeños, lo cual dificulta «acertar» con el dedo cuando vamos en marcha.

Además, de serie en toda la gama viene un paquete de seguridad muy poco habitual por debajo de los 25.000 € con: alerta de colisión frontal, control predictivo de la frenada, alerta de cambio de carril, alerta antifatiga, asistente de cambio de carril, control de crucero adaptativo, reconocimiento de señales, detección de ángulo muerto y alerta de tráfico cruzado posterior (muy útil para cuando sales marcha atrás de cualquier estacionamiento).

Por 2.335 euros más, el Suzuki Vitara GLX añade a lo anterior: sistema de acceso y arranque sin llave, sensores de aparcamiento delanteros y traseros, llantas pulidas, espejos exteriores plegables eléctricamente, navegador y tapicería mixta de cuero y tela. Realmente el Suzuki Vitara ofrece mucho por lo que cuesta.

Los consumos son muy buenos pero falta autonomía

Los consumos de este Suzuki Vitara son buenos para tratarse de un coche con tracción total y una aerodinámica poco refinada debido a su carrocería de estilo SUV. Sin embargo, su pequeño depósito de sólo 47 litros nos limitará bastante la autonomía, que apenas llega a los 650 km.

En este caso, los consumos homologados para el Suzuki Vitara GLX 1.4T 4×4 Mild Hybrid son muy cercanos a la realidad. Bajo: (6,5 – 7,2 l/100 km), Medio (5,1 – 5,8 l/100 km), Alto (5,0 – 5,5 l/100 km), Extra-Alto ( 6,4 – 6,8 l/100 km) y en ciclo mixto (5,7 – 6,2 l/100 km)

El gasto real en ciudad de este Suzuki Vitara 4×4 ha sido entre los 6,5 y los 7 l/100 km, una cifra que no es exagerada, pero tampoco de las mejores de la categoría. En carretera, si circulando a ritmos legales entre los 70 y 90 km/h y con tráfico normal apenas llegaremos a los 6 l/100 km.

En autopista, a los máximos legales, el consumo medio ha sido de 5,4 l/100 km. Tras realizar 1.300 km con este coche, incluyendo puertos de montaña, excursiones por el campo, y bastante ciudad, el consumo medio obtenido fue de 5,9 l/100 km. Valores que son bastante buenos teniendo en cuenta el tipo de coche que es.

En definitiva, el Vitara es un verdadero polivalente, agradable y fácil de conducir, compacto para movernos en ciudad, con aplomo y confort suficientes para afrontar un buen viaje y que también nos permitirá hacer alguna que otra excursión campestre.

Además, cuenta con dos elementos claves para el mercado a día de hoy (es un SUV y tiene la etiqueta Eco) a los que añade unas buenas prestaciones, un sistema de tracción 4×4 que funciona bien, un equipamiento generoso y un precio competitivo.